Soldados malgaches, en uniforme pero desarmados, recorren puerta a puerta las calles de Antananarivo, capital de Madagascar.

¿El motivo? Distribuir gratuitamente entre sus habitantes un té de hierbas promovido por el presidente Andry Rajoelina para combatir covid-19.

Este brebaje fue concebido por el Instituto Malgache de Investigación Aplicada (IMRA), a base de artemisia, planta con eficacia demostrada contra la malaria.

“Hemos hecho pruebas y dos personas se curaron con este tratamiento”, aseguró Rajoelina a comienzos de esta semana.

“Esta tisana logra resultados en siete días (…). Podemos cambiar la historia del mundo entero”, afirmó el presidente.

El martes le correspondió al ejército defender esta bebida ante las cámaras de televisión, aunque destacando sus propiedades preventivas más que curativas.

“No hay un medicamento que actúe directamente contra el coronavirus”, advirtió el coronel Willy Ratovondrainy, médico militar. “Pero la única solución hasta ahora es reforzar la inmunidad. Y este remedio tradicional lo hace”, insistió.

No obstante, su eficacia contra el Covid-19 no ha sido avalada por ningún estudio científico conocido.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) destacó que por ahora no hay “pruebas de que medicamentos actuales puedan prevenir o curar la enfermedad”, aunque reconoció que “remedios tradicionales (…) pueden aliviar algunos síntomas de Covid-19”.

En Madagascar, un país muy pobre sobre el océano Índico, la población, que trata normalmente las enfermedades con plantas, acogió con placer este reparto gratuito de “Covid-Organics”.

“Estábamos ansiosos desde que vimos en televisión al presidente Rajoelina beberlo”, explicó Jean-Louis Rakotonandrasana, un carretero de 58 años, tras recibir siete “sachets” de la tisana.

Prohibido para las embarazadas

“Considero genial que sea el medicamento que llegue a la gente y no a la inversa”, celebró Dominique Rabefarihy, una madre de familia quien repite las instrucciones de preparación.

“Una bolsita para cuatro litros de agua, a razón de dos vasos por día para los adultos, y uno para los niños. Está prohibido para para embarazadas”, recita.

La presencia de los militares no inquieta a Rabefarihy. “Al contrario, me tranquiliza que el ejército se preocupe por mi salud y la seguridad de mi familia”, afirma.

Con la distribución de este remedio tradicional, el objetivo de las autoridades malgaches es “proteger a la población, sensibilizándola sobre el coronavirus y fortaleciendo su sistema inmunológico”.

“Recomendamos con firmeza beber este té de hierbas”, insistieron, país que al cierre de esta edición ha detectado 121 casos de contaminación, pero ninguna muerte.

Distribución en escuelas

La “operación tisana” iniciada esta semana durará varios días en todo el país, sobre todo en las regiones con más casos (Antananarivo, Fianarantsoa y Toamasina), según presidencia.

En la capital, además, hay puntos de distribución de la infusión ya preparada.

Según pudo constatar la Agencia France-Presse, la gente se abarrotó junto a un camino polvoriento sin respetar distancias con tal de obtener la bebida.

“Mientras la OMS no proponga un medicamenteo para curar esta enfermedad, confío en el remedio propuesto por el presidente Rajoelina”, afirmó en la fila Jean-Paul Rakotozafy, de 72 años.

La operación coincide con el desconfinamiento gradual en las tres principales ciudades del país. “Permitido gracias a la solución encontrada contra el coronavirus”, aseveró Rajoelina.

No obstante, el decano de la facultad de Medicina de Toamasina (este), Stéphane Ralandison, lanzó la alarma advirtiendo contra métodos “no muy científicos”, al referirse a la tisana, también distribuida en escuelas.

“Cada padre es libre de autorizar a sus hijos a beberla”, explicó la directora del gabinete presidencial, Lova Ranoramoro, pero “hasta ahora no ha habido rechazos”, indicó.