Las acciones más comunes que observamos en un bebé son llorar, sonreír y, como se ve en la imagen, bostezar.

El acto de abrir ampliamente la boca, inhalar y espirar viene incorporada en nuestro cuerpo, pero a diferencia de acciones como reír o llorar, que están apalancadas de alguna emoción, el bostezar es un hecho incontrolable, que se produce en ciertos momentos de nuestro día, instantes en los que a veces ni siquiera tenemos sueño.

Pero ¿por qué bostezamos?

Acorde a las investigaciones, no se puede dar una razón específica, ya que puede ser porque necesitamos “refrescar” el cerebro, nos “contagian” el bostezo, tenemos sueño o estamos aburridos.

Sin embargo, así como son tantas las razones posibles, también son variadas las hipótesis que han intentado explicar esta acción tan normal para un ser humano, aunque sólo algunas tienen un respaldo científico y las puedes conocer aquí.

El contagio

Es la hipótesis más común, tan común que lo más probable es que en cuanto hiciste click y leíste bostezo, realizaste la acción de “bostezar”.

El profesor Manuel Díaz-Rubio, presidente de honor de la Real Academia Nacional de Medicina de España, indica que esta acción está relacionada con los ritmos diarios más primitivos del ser humano, como dormir, despertar o relajarse, menciona ABC.

El autor de Los síntomas que todos padecemos consigna en la publicación que el bostezar es más por empatía que otra razón, como estar aburrido. El profesor también añade que es una acción que se realiza con mayor frecuencia en situaciones de familiaridad, es decir, con amigos y conocidos, lo que se potenciará acorde al grado de confianza o empatía que tengamos con quienes nos rodean.

Lo que se condice con lo que explica Ted-E, quienes comentan que se trata de una acción fisiológica reflejo, que genera este contagio del bostezo, por lo que cuando ves a alguien bostezar, también lo realizas y probablemente otra persona en el mismo salón igual.

Tu cerebro necesita refrescarse

Esta hipótesis es tan sencilla como que le das un golpe de aire frío a tu cerebro cuando es necesario.

Según una publicación de 2011, de la revista Medical Hypotheses, los investigadores Andrew Gallup y Gary Hack, postulan que al bostezar se bombea aire al cerebro, lo que hace disminuir su temperatura, tal como un computador que necesita ventilar su procesador cuando está en alto rendimiento.

Según Hack, académico de la Universidad de Maryland, “el cerebro humano es muy sensible a las temperaturas y debe permanecer fresco para operar eficientemente”, lo que se generaría gracias a los senos nazales, cuya función sería generar ventilación cerebral, menciona National Geographic.

De esta forma, al sentir el frescor, nuestro cerebro vuelve a estar alerta y en óptimo funcionamiento, lo que se puede explicar cuando estás en una situación un poco monótona, pero al bostezar vuelves a “despertar”.

Un bostezo… sexy

En 2016, The Guardian, mencionaba la investigación del holandés Wolter Seuntjens, cuya tesis apunta que el bostezo tendría alguna función sexual.

El académico aclara que “realmente no hay una causa del bostezo, para qué sirve o qué mecanismos son responsables del bostezo” indicando que en su investigación ha encontrado a autores que describen la sensación cúlmine de bostezar como un “mini orgasmo”.

Seuntjens indica en su publicación “On Yawning; or, the Hidden Sexuality of the Human Yawn” que asoció varios de estos datos para probar que bostezar tiene un lado erótico, un aspecto sexual que sería un acertijo sin resolver.

Añade que un bostezo contagioso se interpreta como una pista de algo más que empatía, lo que declara como “una señal de estar enamorado”, indicando que en su trabajo psicoanalistas y psicólogos interpretaron el bostezo como una señal sexual latente.

Aumentamos la atención, reducimos la ansiedad

A través de la investigación a lémures se ha descubierto que el bostezar disminuiría los niveles de ansiedad, así como aumentar el nivel de atención de las personas.

El equipo liderado por Elisabetta Palagi, académica de la Universidad de Pisa, indica que realizaron una investigación de dos especies de lémures en el sur de Madagascar, descubriendo que bostezaban cuando tenían sueño, machos y hembras con la misma frecuencia, consigna New Scientist

Pero, también notaron que los lémures bostezaban con mayor frecuencia cuando son amenazados por un depredador, así como cuando lo han evitado, apuntando a que generan la acción para mejorar su nivel de atención, así como posteriormente disminuir su nivel de ansiedad.

Gizmodo consigna que los humanos también bostezan en situaciones de estrés, como cuando atletas se enfrentan a una prueba, ya que este acto incrementa los niveles de cortisol, la hormona que responde al estrés.