Realizar buenos actos supone un gesto desinteresado y sin esperar nada a cambio. Sin embargo, todo es aún mejor cuando alguien muestra su agradecimiento de una forma tan dulce como ésta.

Gabi Mann, de 8 años, comenzó a alimentar a unos cuervos en su barrio de Seattle, Estados Unidos, simplemente porque le gustan los pájaros, pero con el paso de los días ellos comenzaron a demostrarle su aprecio.

Los cuervos empezaron a dejarle pequeños “regalitos” como una manera de “pagarle” por la comida. La niña no esperaba que esto sucediera, así que tomó estos objetos con sorpresa, consignó el sitio de entretenimiento Honest to Paws.

Honest to Paws.
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La pequeña y las aves comenzaron una rutina en la que ella debía dejarles maní en la patio antes de irse al colegio. Entonces cuando ella volvía, por la tarde, se habían comido los frutos secos y los regalos la estaban esperando.

Mann decidió guardar los presentes y pronto su colección había crecido. De hecho su mamá la ayudó a organizarlos, entre todas las cosas había pedazos de vidrio, bolitas (también conocidas como polkas o canicas) y botones.

Su pieza favorita es una perla en forma de corazón, ya que cree que es un regalo que simboliza la cariñosa relación que ella y los pájaros han establecido.

Al parecer este intercambio no tiene para cuando terminar, ya que la niña y los pájaros aún siguen dejándose comida y regalos respectivamente. Un destacable tipo de amistad pocas veces antes visto.

Honest to Paws
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