La mayoría de quienes toman café lo hacen por los efectos principales que causan en el cuerpo humano: un rápido despertar, energía al instante y un ‘adiós’ a esa flojera que arrastra cuando te levantas en la mañana.
Sin embargo, por estar contra el tiempo o pensando en otras cosas, muchas veces el café es preparado de forma rápida, sin atención a las cantidades y todo resulta en una bebida matutina desagradablemente amarga. Ni siquiera las cucharadas de azúcar o gotas de endulzante ayudan en algo.
Pareciera que la única posibilidad es tomarlo a ojos cerrados sin quejarse o simplemente botarlo y hacer otro. Pero no: algunos científicos dicen que hay otra solución.
El fin al exceso de amargura estaría en una simple pizca de sal. Así es. Sólo una pequeña cantidad de sal en el café y la amargura será reducida lo suficiente como para poder tomarlo.
La innovadora solución se encuentra en una investigación publicada por la revista Nature en 1997. En esta se explica que los iones de sodio que contiene la sal son los que rebajan el amargor del café y realzan otras propiedades de la bebida.
Una publicación de la revista VinePair asegura que este método sí funciona, pero recomiendan no pasarse en las cantidades. “Es sólo una pizca de sal”, indican.
Si todavía quedas con dudas y no sabes si probar este método, que a primeras parece contraproducente, revisa el siguiente video, el cual explora las posibilidades de agregar sal al café y sus positivos resultados (en inglés).
