La sexualidad suele ser uno de los aspectos más importantes en una relación. El disfrute de ésta se encuentra limitado por aspectos como la confianza, los sentimientos y la experiencia; sin embargo, aún así para algunos es complicado descifrar si realmente están haciendo un “buen trabajo” o no.

Al respecto, Pedro Lucas Busto, psicólogo y sexólogo de la Sociedad Española de Intervención en Sexología explica al portal español El País cuáles son los signos que indican si eres un buen amante.

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Si bien el experto reconoce que “no hay señales o competencias universales que nos garanticen que somos buenos amantes”, ya que cada cuerpo es distinto al otro, sí existe un patrón en común entre los amantes satisfactorios: “el sexo hecho con autenticidad”.

Pedro detalla que imitar las acciones de una película pornográfica muchas veces aleja a las personas del placer y que es importante acercarse a lo que a uno le gusta en vez de imitar patrones frívolos como los de estas cintas. “El buen amante es el que disfruta con lo que está haciendo”, agrega.

No todos los cuerpos son iguales

Algunos de los signos físicos que indican que tu pareja está disfrutando son la humedad genital, enrojecimiento u oscurecimiento de la piel y la respiración más rápida; no obstante, “esto no le sucede a todo el mundo”, señala el psicólogo. “Su ausencia no significa que seamos pésimos amantes”, añade.

“Los prejuicios, las enseñanzas y la educación recibida (o la falta de ella) en cuanto a sexo se refiere influyen mucho en el comportamiento y desempeño de la persona frente a las relaciones sexuales. Muchas veces se intenta no demostrar que uno está disfrutando del sexo y se trata de minimizar esas sensaciones de excitación. Y en otros casos, se tiende a fingir placer con el fin de dejar más tranquila a la pareja”, relata Fernando Salas al portal, cirujano experto en andrología y sexualidad masculina y director médico de Mensolutions.

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Otro signo que indica que has sido un buen amante, explica Salas, es que tu pareja (ocasional o a largo plazo) aún busca encontrarse contigo en este plano tan íntimo. “Si nuestra pareja se encuentra contenta y sigue teniendo el deseo de acostarse y tener sexo con nosotros, es que somos buenos en la cama. Debe existir la compenetración intensa, la entrega total y el deseo ferviente de hacer feliz al otro. Si ambos amantes están en esta sintonía se consigue un disfrute supremo”, destaca el cirujano.

Marian Ponte, psicóloga y sexóloga del centro de Psicología Adala, aclara otro aspecto del goce íntimo: la colaboración. “La sexualidad es un baile de a dos”, compara y añade: “Si ambos colaboran, fluye sin esfuerzo. Tener iniciativas y disfrutar del proceso con el otro es un indicador de que sabemos dar y recibir placer. Un buen amante sabe que la sexualidad es un arte y le importa que la pareja sienta satisfacción en la intimidad”.

En esta línea, Ponte destaca la importancia de la fase del deseo sexual previo, el que nace tras el conocimiento del cuerpo propio y de la pareja, “saber estimularlo, jugar con todos los sentidos, ser creativo, sensual, valorar el erotismo, leer las señales que la pareja muestra durante la relación, sintonizarse estando presente durante el proceso, entregarse”.

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Ser bueno en la intimidad

Para Pedro Lucas, no todas las personas tienen la misma capacidad de disfrutar y dar placer, puesto que algunos de ellos temen a su cuerpo. No obstante, el psicólogo aclara “nadie es bueno ni malo”.

“No hay fórmulas mágicas ni afrodisíacos. Cuanto más finjas tus sentimientos, más dificultades tendrás para ser bueno. Para dar placer lo primero es saber recibirlo. Es cuestión de autenticidad y espontaneidad”, aconseja. “Es más: que uno de los dos llegue al orgasmo no garantiza la generosidad del otro”, relata.

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“Quienes conocen bien su cuerpo saben llegar al orgasmo independientemente de lo bien o lo mal que lo haga el par, y otras personas tienen más dificultades. En nuestro imaginario sexual llevamos escrito que para tener un buen sexo tiene que haber penetración y orgasmo. Y no siempre es así”, destaca.

Para disfrutar un encuentro sexual, los expertos coinciden en: “No desconfíe de usted mismo, no tenga vergüenza de disfrutar con su pareja, no tenga miedo a estropear una nueva relación. Si está cansado de lo mismo de siempre, proponga algo diferente. Si la comunicación corporal no fluye, hable. La duda puede convertirse en iniciativa para disfrutar más, porque el sexo no tiene límites y se puede explorar todo”.