Este trastorno, que suele estar relacionado con el mal rendimiento escolar y laboral, puede ser fácilmente confundido con otros diagnósticos que nada tienen que ver con el neurodesarrollo.

El trastorno por déficit atencional (TDAH), el cual puede estar acompañado de hiperactividad, suele ser una afección común en niños, puesto que es en esta edad en la que se diagnostica. Sin embargo, los adultos y adolescentes pueden ver afectada su vida debido a los síntomas.

No obstante, existen varios indicios que se han popularizado en las redes sociales, como TikTok, que no tienen relación con el TDAH.

Al tratarse de un trastorno neurológico que suele estar acompañado de otras afecciones relacionadas, el lograr un diagnóstico certero es difícil, ya que los síntomas pueden ser confusos y poco evidentes.

¿Qué es el déficit atencional?

El trastorno por déficit atencional, también conocido como TDAH, es una afección del neurodesarrollo, describen los Centros para el Control de Enfermedades (CDC, son sus siglas en inglés).

La principal característica de las personas que viven con él es que se les dificulta prestar atención, esto suele estar relacionado con problemas para controlar conductas impulsivas (pueden actuar sin pensar cuál será el resultado) o ser excesivamente activos, explica la agencia gubernamental.

De acuerdo al neurólogo infantil de Clínica Las Condes, Gustavo Mallea, el TDAH es un trastorno genético producido por “un déficit relativo de dopamina en los circuitos de la atención ubicados en el lóbulo frontal del cerebro”. No obstante, advierte que estas personas tienen el neurotransmisor, pero en una cantidad insuficiente.

Señales que parecen déficit atencional, pero no lo son

El neuripediatra explica que los síntomas que puede desarrollar una persona con TDAH son tan amplios que podrían confundirse con una gran gama de afecciones.

Uno de estos puede ser el mal rendimiento en clases, el cual suele ser el más evidente. No obstante, esto puede deberse a un déficit cognitivo, al trastorno ansioso, depresión, estrés y mal nutrición, entre los más leves.

Sin embargo, un niño con problemas sensoriales (a la vista o a la audición), con trastornos del sueño, con epilepsia de ausencia, autismo leve, hipotiroidismo o encefalopatía, también tendrá mal rendimiento académico, pero esto no significa que se trate de déficit atencional.

Existen ocasiones en que el mal rendimiento escolar está relacionado con el nivel de exigencia de los centros educacionales a los que asisten, el que puede ser muy alto y las negligencias de parte de los cuidadores (padres u otros familiares) también pueden tener impacto en este aspecto.

La dislexia y la discalculia, ambos trastornos de aprendizaje, igualmente pueden tener impacto en el desempeño escolar o laboral, no obstante, estos son más sencillos de identificar, ya que uno corresponde a las falencias en materias de lenguaje y el otro en asignaturas numéricas.

El consumo de ciertos medicamentos también puede producir somnolencia y desconcentración, explica el especialista.

Otros factores que pueden confundir el diagnóstico, son los trastornos de conducta, los cuales consisten en un “patrón continuo de agresión hacia otras personas, graves violaciones de las reglas y normas sociales en la casa, la escuela y con los compañeros”, detallan los CDC. Este aspecto puede ser confundido con el déficit atencional del tipo hiperactivo, sin embargo, no están relacionados.

Diagnóstico de TDAH

Para determinar que una persona tiene déficit atencional, esta debe ser diagnosticada por un profesional. Para ello, el especialista se regirá por los criterios del DSM-5.

Algunos de los requisitos de este manual consisten en tener “seis o más síntomas de falta de atención e hiperactividad”, los cuales “han estado presentes durante al menos 6 meses y son inapropiados para el nivel de desarrollo de la persona”.

Una de ellas es perder cosas necesarias para realizar tareas o actividades, como lápices, cuadernos, libros, etc. También puede parecer que la persona “no escucha cuando se le habla directamente”, describe la agencia estadounidense.

Cuando se trata de déficit atencional acompañado de hiperactivismo, los niños suelen hablar de manera excesiva y responder a preguntas antes de terminar de hacerlas, además de interrumpir conversaciones o actividades ajenas.