Este trastorno del aprendizaje afecta a cerca de 6% de la población mundial.
Este lunes 14 de marzo se celebra el Día Internacional de las Matemáticas y es alrededor de esta materia que nace un problema de aprendizaje poco conocido: la discalculia.
Esta es “una condición neurológica que dificulta la comprensión de las matemáticas y tareas que involucren números” describe la neuróloga de Clínica Dávila, Evelyn Benavides.
¿Qué es la discalculia?
Este trastorno se produce “por una alteración congénita con un importante componente genético, o sea hereditario”, detalla la profesional. “La discalculia es un trastorno de aprendizaje que es parte de los trastornos del neurodesarrollo”, explica Benavides.
Las primeras señales se ven cuando “los niños en edad escolar temprana están iniciando el proceso de aprendizaje de las operaciones matemáticas básicas”, afirma la neuróloga.
Cuando este trastorno comienza a afectar a los niños se pueden notar síntomas tales como:
Dificultad para reconocer números. Tardarse más en aprender a contar. Tener dificultad para conectar los símbolos numéricos (5) con sus palabras correspondientes (cinco). Tener dificultades para reconocer patrones y poner las cosas en orden. Perder el hilo mientras cuenta. Necesitar apoyos visuales, como los dedos, para ayudarse a contar.
Pero en edades más avanzadas, en adultos, por ejemplo, las dificultades comprenden:
Alteración en aprender funciones matemáticas básicas como sumas, restas, tablas de multiplicar y más. Comprender los conceptos detrás de los problemas lógicos y otros cálculos matemáticos no numéricos. Estimar cuánto tiempo llevará completar una tarea. Realizar tareas y exámenes de matemáticas. Mantenerse al nivel del grado en matemáticas. Procesar ideas viso espaciales como gráficos y tablas.
¿Cómo saber cuando se trata de discalculia o de síndrome de déficit atencional?
La neuróloga de Clínica Dávila, señala que aunque estos dos tipos de trastornos de aprendizaje pueden estar presentes a la vez, son diferentes el uno del otro.
“La discalculia se diferencia del síndrome de déficit atencional (SDA, son sus siglas) por ser un trastorno en una modalidad de aprendizaje ligada a las operaciones matemáticas, con otros dominios normales como la lectura y la concentración”, explica Benavides.
No obstante, en el SDA “hay otros elementos asociados como la dificultad para mantener la concentración en estímulos de larga duración, distractibilidad, y en algunos casos hiperactividad”, diferencia la neuróloga.
