El dedo gatillo o tenosinovitis es una lesión bastante frecuente y a la que no se le suele prestar mayor atención luego de que se va el dolor, pero lo cierto es que ciertas enfermedades o actividades pueden hacer que el malestar sea crónico y conducir incluso a la cirugía.

Probablemente en más de una ocasión levantando una caja o cortando con un par de tijeras, has terminado con uno o un par de dedos rígidos y con las yemas pegadas a la palma de tu mano, con ello también un gran dolor y sensación de calambre. Esta experiencia, según los expertos, se denomina dedo gatillo, una incómoda posición que se produce por un mal movimiento de un tendón.

Sin embargo, este malestar, que puede ser tan repetitivo en algunas personas que los lleva a necesitar cirugías, también estaría relacionado con enfermedades como artritis reumatoide y diabetes.

Según explica Sara Snyder, enfermera especializada en Ortopedia en el Sistema de Salud de Mayo Clinic en un comunicado, el dedo gatillo se produce cuando “el tendón que está envuelto en una vaina que lo mantiene en su lugar se irrita o inflama lo que impide que se deslice con suavidad debajo de la vaina. Cuando eso sucede, el dedo o el pulgar pueden atascarse y quedar en una posición doblada o recta, una afección que se denomina dedo en gatillo”.

Dedo gatillo o tenosinovitis

Tal como describe la profesional, las personas mayores de 45 años que tienen afecciones como artritis reumatoide y diabetes, son las más propensas a sufrirlo y es muy poco frecuente en niños. No obstante, estas afecciones no son las únicas que producen el dedo gatillo.

“El exceso de trabajo o una lesión, por lo que las personas que realizan movimientos repetitivos, oprimen mucho o levantan cargas pesadas en su trabajo, pueden ser propensas a padecer esta afección. Puede suceder en cualquier momento y es más común de lo que las personas piensan”, explica Snyder.

De acuerdo a la American Academy of Orthopaedic Surgeons, el dedo gatillo puede sentirse como un atasco o un chasquido de la polea a cargo del movimiento, lo que resulta en dolor. En ocasiones, el paciente incluso tiene que usar la otra mano para estirar el dedo flexionado, sin embargo, esto puede ser igual de molesto al inicio.

Este problema a los tendones también puede manifestarse con un “bulto blando en la base del dedo, sobre la palma de la mano” o un simple “dolor cuando se flexiona o estira el dedo”, describe la academia estadounidense.

¿Cómo tratarlo en casa?

La enfermera especializada en Ortopedia recomienda que si se trata de síntomas leves, el dedo gatillo puede resolverse en casa: “Si tiene como un bulto pequeño y doloroso en la base de un dedo o el pulgar del lado de la palma de la mano, pero puede estirar o doblar el dedo sin que se trabe, tome un medicamento antiinflamatorio de venta libre, como ibuprofeno, todos los días durante dos semanas”.

La Academia Estadounidense de Cirujanos Ortopédicos también recomienda dejar descansar la mano y evitar actividades que lo empeoren, realizar ejercicios para disminuir la rigidez, además del uso de medicamentos antiinflamatorios no esteroides.

Sin embargo, si nada de esto mejora el dedo gatillo, lo siguiente son los tratamientos administrados por personal de la salud autorizados.

Una opción es la ferulización con el fin de mantener el dedo en una posición rígida y recta.

“Si el dedo o pulgar se traba, puede aplicar una presión suave para forzarlo a estirarse o doblarse”, suma. Sin embargo, si el dedo o pulgar se traba y no puede forzarse a estirarlo o esto no da resultado, lo siguiente es una inyección de esteroides “para calmar la irritación y la hinchazón. La inyección se administra en la palma de la mano en una clínica”, afirma.

Una inyección puede aliviar el problema, pero puede volver a ocurrir. Si esto sucede, se puede administrar otra inyección después de tres meses.

Casos severos y cirugía

Aunque parece una lesión dolorosa, pero simple, lo cierto es que en ciertos casos esta puede llegar a tal severidad que se necesita de una intervención quirúrgica, la que depende directamente del nivel de incapacidad que provoque.

En ella se libera la polea que está bloqueando el movimiento del tendón para que el flexor pueda volver a la vaina, para ello se realiza una pequeña incisión en la palma o con la punta de una aguja, de esta manera la polea se divide y se desliza el tendón de vuelta a su lugar.

La cirugía es ambulatoria y no debería causar nuevos problemas a futuro, asegura la organización de ortopedistas.