Durante la jornada de este lunes 14 de diciembre se vivió el eclipse total de Sol que oscureció por un momento el cielo del país y generó nuevas postales que se suman a las vividas durante 2019.

Este eclipse fue un tanto distinto al de Coquimbo del año pasado, dado que las condiciones meteorológicas no acompañaron, por lo que no tuvimos el cielo ideal que imaginábamos. Pese a esto, se anunció que sería necesario el uso de lentes certificados para observar el cielo durante el fenómeno, con el fin de evitar cualquier tipo de daño que pueda afectar a la visión.

Sin embargo, el cielo nublado de ciertas regiones del país pudo haber hecho que algunas personas se confiaran, y más de alguno podría haber mirado hacia el Sol sin sus lentes especiales. Sobra preguntarse si habrá consecuencias para los ojos, porque probablemente sí. ¿Pero qué tan graves son y desde cuándo serán percibidas por alguien que haya visto el eclipse sin protección?

“La salud visual es extremadamente frágil ya que los elementos que la componen son muy sensibles. Si tuviste una exposición sostenida a la radiación que emite el sol durante el eclipse, sin los lentes adecuados, se puede haber generado un daño a nivel ocular que podría ser irreversible”, explicó Julie Gajardo, experta en oftalmología y académica de Tecnología Médica de la Universidad San Sebastián.

Según la especialista, a partir de las cuatro horas posteriores a la exposición del eclipse se comenzarán a notar los efectos en la vista. “La principal afección que se produce a nivel ocular se denomina retinopatía fótica por eclipse, que es una alteración directa a la retina de ambos ojos, generando fotofobia, visión borrosa o pérdida de visión“, comentó Gajardo.

Las consecuencias pueden ir desde leves síntomas como metamorfopsias, disminución de la percepción de los colores o distorsión de las imágenes, aunque en el peor de los casos “puede ocurrir un escotoma central, es decir, una zona de pérdida de visión justo en la zona central del campo visual de forma permanente“.

La académica puntualizó en que los daños que afectan a la visión por observar el eclipse sin la adecuada protección pueden ocurrir con apenas unos segundos de exposición. “Por ello es importante estar atentos a la aparición de algún síntoma o defecto a nivel visual como los descritos antes. La consulta con un especialista será clave en este sentido”, concluyó.

En paralelo, el Dr. Felipe Valenzuela, oftalmólogo de Clínica Universidad de los Andes, enfatizó en que nunca debe mirarse directamente hacia el Sol por un tiempo prolongado, por lo que la recomendación se extiende más allá si ocurre o no un eclipse.

La razón es que la retina del ojo es lo suficientemente sensible para verse afectada por tanta luz. “La severidad radica en que la retina es la capa que envía la información visual al cerebro y cualquier daño en su estructura es irreversible, pudiendo producir baja visión en forma permanente, lo que se conoce como maculopatía solar”, añadió el especialista.

Desde la Clínica Universidad de los Andes se explicó que cualquier persona puede sufrir este tipo de daños, pero la situación se agrava si te trata de alguien que sufre de patologías a la retina como degeneración macular asociada a la edad o retinopatía diabética.