En este Mes de la Mujer, desde IST queremos relevar la importancia de reconocer y fomentar la participación de mujeres en las organizaciones para generar una cultura más diversa e inclusiva, tanto en los espacios de trabajo como también en nuestra sociedad.

Es por eso que lanzamos Más Nosotras, campaña de redes sociales que ha abordado distintos ámbitos del rol de la mujer en las organizaciones, y de lo fundamental que es seguir fortaleciendo espacios donde todos y todas tengamos lugar. 

En ese sentido, los estudios que abordan la situación en torno al mercado laboral, en cuanto a ingresos tanto de hombres y mujeres, nos indica que aún persisten brechas. Pero antes de entrar a mirar este tema, ¿qué entendemos por brecha de género? 

Según ONU Mujeres, “la brecha de género destaca las desigualdades existentes entre hombres y mujeres en cualquier ámbito, en relación con el nivel de participación, acceso a oportunidades, derechos, remuneraciones, beneficios, entre otros”. 

Estas diferencias tienen diversas manifestaciones que se expresan en lo económico, social, sanitario, y, por supuesto, también en lo laboral.

Uno de los puntos, que como IST queremos seguir fortaleciendo, es la importancia de la salud mental, definida por la OMS como “un estado de bienestar mental que permite a las personas hacer frente a los momentos de estrés de la vida, desarrollar todas sus habilidades, poder aprender y trabajar adecuadamente y contribuir a la mejora de su comunidad”.

En las mujeres, pareciera ser que esta posibilidad de poner “en práctica” las distintas dimensiones del bienestar emocional podrían no encontrarse en igualdad de condiciones, al menos en el ámbito del trabajo no remunerado. 

Lo anterior se ve reflejado en la última Encuesta del Uso del Tiempo Libre (ENUT, 2015), que indica que las mujeres dedican 5,89 horas diarias y 2,74 los hombres a trabajos no remunerados, los que se entienden como labores domésticas, cuidado de niñas y niños y personas mayores. ¿Qué nos podría reflejar esto? Que, probablemente, las mujeres disponen de un tiempo menor para ocio o pasatiempos personales, redes de amigos, etc., ya que los destinan a las labores anteriormente señaladas. 

Sin embargo, hay buenas noticias, ya que nuestra sociedad va avanzando y haciéndose cargo de la situación de las mujeres trabajadoras mediante distintas normativas legales, cuyos objetivos se relacionan con aportar a la inclusión en el trabajo, y la compatibilidad entre el ámbito público (trabajo) y privado (casa/familia). 

Es así como, en agosto del año pasado, se promulgó la Ley de Conciliación de la Vida Personal y Familiar dirigida a trabajadores y trabajadoras, un nuevo marco legal que busca fomentar la parentalidad positiva, la corresponsabilidad y la protección tanto a la maternidad como a la paternidad. 

Asimismo, este cambio normativo, que beneficiará a más de 360 mil trabajadores y trabajadoras, busca avanzar en equidad de género en los espacios de trabajo, por medio de la protección de ciertas condiciones que permiten que las personas cuidadoras no sacrifiquen su desarrollo profesional, permitiendo el teletrabajo y promoviendo la corresponsabilidad social, el compartir espacios, actividades, ocupaciones y, con ello, contribuyendo al bienestar integral. 

Siguiendo con la definición de salud mental de OMS, desde IST sostenemos que existen, además, otras e importantes prácticas que van en beneficio de nuestro bienestar emocional: comer saludablemente, tener relaciones que nos enriquezcan, contar con redes de apoyo, realizar actividades que nos hagan sentido, actividad física y tiempo de ocio personal. 

Como IST, sabemos lo relevante de la existencia de organizaciones saludables. Para ello, generamos alianzas estratégicas con nuestras empresas adherentes, a través de planes y programas que fomenten la inclusión, el sentido y propósito, y los vínculos saludables para sus trabajadores y trabajadores.

Lo anterior, estamos conscientes que es un desafío, pero que nos permitirá caminar hacia una sociedad más equitativa, aportando a  una mejor salud mental para las mujeres y, en consecuencia, de la comunidad.

Carolina Pérez Ríos
Psicóloga y consultora en temas de género
Gerencia Cuidado y Desarrollo IST

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