Según datos de la Asociación de Aseguradores de Chile, durante el primer cuatrimestre de este año se observó una reducción del 16% en el robo de vehículos asegurados respecto al mismo período del año anterior. A pesar de esto, las cifras también revelan que la situación podría seguir la misma tendencia de años anteriores, ya que la sustracción acumulada en los últimos 12 meses continúa señalando un alza de un 24,8% respecto al 2022.

Desde la implementación del Plan Anti Encerronas, el porcentaje de este tipo de crímenes con violencia ha disminuido en número. Sin embargo, si bien la persecución de bandas organizadas es una matriz importante para acabar con el problema, estas acciones necesitan ser apoyadas y complementadas por la implementación de mejores capas de seguridad para garantizar una fiscalización efectiva y así erradicar la cuestión base: la falsificación de placas patentes que promueve la venta de automóviles en el mercado ilícito.

En este sentido, en agosto de este año el plan impulsado por el Gobierno, llevó a cabo 31 mil controles vehiculares, 640 fiscalizaciones a talleres y más de 600 mil lecturas de placas patentes en la RM. Cifras que, a pesar del innegable esfuerzo realizado por Carabineros, PDI y el Ministerio Público, son bajas y difíciles de sostener en el tiempo considerando el número de vehículos que circula por las autopistas.

Según el Instituto Nacional de Estadísticas, el flujo vehicular controlado en pórticos de autopistas urbanas registró durante el mismo mes, un total de 133,2 millones de “pasadas” en la región. Muchos de ellos probablemente con placas adulteradas y difíciles de detectar de forma sencilla automatizada y eficaz.

En la búsqueda de soluciones efectivas, la tecnología se presenta como un aliado indispensable. Más allá de la promulgación que recientemente modificó la Ley de Tránsito obligando a los conductores a grabar la patente en vidrios y espejos laterales, innovaciones como la aplicación de sistemas de seguridad ópticos en las placas vehiculares podría representar un avance significativo para enfrentar este desafío. Y es que detectar oportunamente los autos robados es más fácil cuando las placas patentes son difíciles de adulterar.

Estos sistemas ópticos aprovechan la inteligencia artificial y el procesamiento de imágenes de alta precisión sobre placas patentes virtualmente infalsificables. Esto, a través de códigos de identificación que pueden incluir desde hologramas hasta elementos como marcas de agua, tintas especiales y diseños complejos extremadamente difíciles de reproducir.

Gracias a lentes especiales y cámaras equipadas con tecnología de reconocimiento de patentes, sería posible escanear y verificar las placas en cuestión de segundos, lo que es esencial para la identificación de vehículos robados y la respuesta rápida de las autoridades.

Por el contrario, si como hoy en día, las placas son fáciles de falsificar o no cuentan con medidas de seguridad adecuadas, la tarea de rastrear y recuperar vehículos robados termina siendo entorpecida por un ciclo de impunidad para las bandas delictuales especializadas en este tipo de operaciones.

La recopilación y el análisis de datos precisos provenientes de estos sistemas avanzados pueden proporcionar información valiosa para mejorar la seguridad vial y optimizar las estrategias de lucha contra el crimen. Sin embargo, la concreción de autopistas y vías más seguras en Chile será posible solo a través de la asociación entre organismos gubernamentales, fabricantes de vehículos, empresas de tecnología y aseguradoras que apuesten por la innovación como garante de seguridad.

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