La formación universitaria debe ser considerada un eje central en la enseñanza y aprendizaje de los futuros profesionales. En la actualidad, el estudiante debe despojarse de la enseñanza tradicional e incorporarse hacia una educación que entregue las posibilidades de adquirir una serie de competencias en diferentes ámbitos, siendo uno de ellos es el bienestar humano.

Al respecto, se puede considerar este bienestar como un gestor social en la formación profesional, el cual orienta la praxis de la acción social al reconocer que todas las personas somos portadores de capacidades y necesidades, las cuales deben estar a la vista en todo proceso.

Hay que recordar que los futuros profesionales tendrán contacto directo o indirecto con otras personas, por ende, debemos tomar las decisiones profesionales con ética y responsabilidad social, resguardando los derechos humanos de todos. Lo anterior es de vital importancia, pues tendrá impacto en la vida personal, profesional, familiar y social, logrando el anhelado buen vivir, el cual debe estar sustentado en la humanidad, la ciudadanía y la protección de todos como seres integrales.

Por último, los estudiantes deben entender el bienestar humano como eje central de su accionar, pues esta categoría aborda la cultura sobre el respeto a la vida y nuevas formas de relación, desde el reconocimiento profundo de la diversidad cultural.

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