El Presidente Gabriel Boric anunció el jueves pasado el Presupuesto 2024, cuya discusión se inició esta semana. Se calcula que el incremento de las partidas presupuestarias será de un 3,5%, lo que significa una expansión del gasto fiscal con una mirada reactivadora en lo que se refiere a la economía del país.

Más allá de las discusiones políticas y las críticas que genera la propuesta en ciertos sectores, creo que en esta ocasión debemos tomar en cuenta las necesidades de la gente y responder a las demandas que la ciudadanía viene haciendo desde hace algún tiempo.

Ya basta del desgaste en debates políticos que no les interesan a las mayorías. A partir de esta semana debemos poner el acento en la gente, en sus anhelos y exigencias de más seguridad, mejor salud, más viviendas y mayores recursos para enfrentar las emergencias, que en estos últimos años han recrudecido.

El Gobierno ha recogido este desafío y, pese a las dificultades que ha vivido nuestra economía, que no son distintas al resto de la región pues las secuelas de la pandemia aun siguen golpeando al sector productivo, hay señales que el próximo año se espera avanzar y consolidar en una mayor estabilidad para las familias chilenas.

El aumento de 5,7% en los recursos para seguridad viene a cumplir un anhelo ciudadano de mayor prevención. Se hace urgente contar con más fondos para fortalecer el combate al crimen organizado, para dar más herramientas al Ministerio Público y a las policías para perseguir delitos muy graves que se han instalado en nuestra sociedad. Y, como integrante de la Comisión de Seguridad Pública del Senado, este tema lo defenderé con mucha fuerza.

También destaco el fuerte aumento del presupuesto para enfrentar las emergencias, que sube en 28%. La Región del Maule, que represento, fue muy perjudicada por los últimos temporales. Y varias regiones de la zona centro-sur sufrieron graves daños tanto por los incendios forestales del verano como por los frentes de mal tiempo en invierno.

Esto demuestra, y responde a las críticas mal intencionadas, que en el Gobierno hay conciencia que se necesitan más recursos para enfrentar estos temas. Y que es urgente fortalecer la capacidad del Estado ante estos fenómenos para atender en forma oportuna las necesidades de los damnificados.

Pero, también hay cuestiones que será necesario debatir con profundidad y altura de miras, pensando en el clamor ciudadano.

Como miembro de la Comisión Gobierno, Descentralización y Regionalización del Senado, durante la discusión presupuestaria pondré énfasis en la necesidad de dotar de más recursos a los Gobiernos Regionales con el fin de que puedan atacar sus propios problemas, como las falencias en salud y la seguridad pública desde el punto de vista de cada región. Y fortalecer el trabajo destinado a satisfacer las demandas de la gente desde su realidad territorial.

Sabemos que los Gobernadores Regionales no están conformes con las partidas anunciadas para el próximo año. Por eso que durante esta discusión presupuestaria es necesario revisar, con responsabilidad y sin demagogia, mejoras que puedan dar forma a un verdadero proceso de descentralización del país.

Otro tema urgente a abordar, es el presupuesto en salud. Hay dificultades que no pueden seguir sin solución, como las falencias en la atención primaria, secundaria y terciaria; o las largas listas de espera por atención, que muchas veces derivan en la muerte de pacientes que no consiguen acceder a tratamientos.

Es cierto. El Gobierno aumentó en 8,1% el presupuesto en salud respecto del año pasado. Pero, hay muchas personas, entre las que me incluyo, que consideran que es necesario hacer un mayor esfuerzo. Desvincular a más de 6 mil funcionarios del sistema agrava la crisis y no es la solución. Al contrario, profundiza el problema.

Queda mucho por hacer. Y nosotros, como parlamentarios, tenemos la responsabilidad de buscar los máximos consensos en la discusión legislativa que ya está en marcha. E insisto: debemos hacerlo pensando en la gente y no en los intereses político-partidistas, que finalmente desprestigian al Parlamento y provoca el rechazo de la ciudadanía.