Una dura crítica realizó una de las monjas que fue violentamente asaltada en el barrio Yungay de Santiago, quien apuntó que hay una seguridad para el presidente Gabriel Boric y otra para el resto de los habitantes.

Impacto generó la denuncia de un violento robo que sufrieron dos monjas de la Congregación Hijas de San José, en un convento ubicado en el barrio Yungay, comuna de Santiago. Una de ellas acusó que en el lugar existe una seguridad diferente para el presidente Gabriel Boric, quien reside a pasos del recinto.

Se trata de un delito que se conoció a través de una carta a El Mercurio y que ocurrió en la mañana del 27 de enero pasado.

Dos extranjeros entraron al convento y amenazaron a dos religiosas, a quienes tomaron como rehenes e incluso amenazaron con violarlas. Luego, las amarraron y golpearon para llevarse aproximadamente $1 millón en efectivo.

Radio Bío Bío estuvo en el lugar y conversó con las afectadas, relatando que llegaron a un acuerdo con los delincuentes: les entregaron dinero a cambio que no se llevaran los computadores del Colegio María Luisa Villalón”.

Una de las afectadas, la madre Rosa, relató a La Radio que fue golpeada y que incluso fue amarrada en sus extremidades. Y, que no contentos con eso, los delincuentes les pusieron huinchas de embalaje en la boca.

La religiosa también señaló que los delincuentes fueron blasfemos, ya que botaron las hostias que guardaban en una capilla y que uno de ellos incluso comenzó a rezar.

Barrio dividido por la seguridad del presidente

Además, indicó que el barrio Yungay se encuentra divido, ya que hay una seguridad diferente para el presidente Gabriel Boric, que vive a cuadras del convento; y otra para el resto.

“Tenemos al presidente de vecino, vive aquí mismo, y los demás sufrimos. Y él tiene guardias afuera. Debiera ser un barrio seguro y yo siento que es un barrio más inseguro”, dijo.

De momento, la investigación no deja detenidos.