La Universidad Diego Portales fue condenada a pagar casi $40 millones a Carol Cañas Errázuriz. En 2017 ella sufrió lesiones graves después de la caída de un ascensor de la casa de estudios.

El Vigésimo Juzgado Civil de Santiago condenó a la Universidad Diego Portales (UDP) a pagar una indemnización de casi $40 millones por daño moral a una estudiante que había sufrido lesiones en el interior de uno de sus ascensores. El hecho sucedió en abril de 2017 y la víctima fue la estudiante Carol Cañas Errázuriz.

La magistrada Katherine Campbell Espinoza acogió la acción después de establecer la responsabilidad de la universidad por la negligente atención brindada a Carol. La joven sufrió un grave accidente, tal como establece los protocolos de UDP.

“Que dada la multiplicidad de las presunciones judiciales detalladas en los motivos vigésimo segundo, vigésimo cuarto, vigésimo sexto, vigésimo octavo, trigésimo y trigésimo primero, y porque los indicios son concordantes entre sí, la demandante ha probado el hecho ilícito que atribuyó a la demandada”, indicó el fallo.

La resolución aún agregó que “La afirmación anterior se cimenta en que, conforme los hechos probados si bien la paramédico de la Universidad demandada ‘revisó’ a la demandante. Le dijo que correspondía que la llevaran a urgencia y finalmente ello le fue negado por empleada de la misma universidad. La demandante debió gestionar y solventar por su cuenta su traslado a la Clínica Dávila, donde en todo caso, se le atendió”.

“El caso es que, el hecho que la demandante –y otra persona– no pudieran salir del ascensor al cual ingresaron, que ello se mantuvo por un tiempo aproximado de veinte minutos, que no se abrieran las puertas del ascensor mecánicamente y que personal de la universidad debió operar el sistema para abrirlas manualmente, debió ser calificado por las empleadas de la demandada, como un accidente grave ante un suceso eventual que alteró el orden regular de las cosas –funcionamiento ordinario del ascensor– y que la demandante debió ser liberada del encierro, en aplicación de la definición que la Real Academia de la Lengua Española, da respecto de los vocablos ‘accidente’, ‘rescate’ y ‘rescatar’”, señaló el tribunal.

Qué sucedió

El día 11 de abril de 2017, Carol Cañas Errázuriz subió junto a otra joven al ascensor de la Facultad de Salud y Odontología. Ellas se quedaron atrapadas por unos minutos con el elevador detenido.

De acuerdo con lo que relató a BioBioChile en la época, el ascensor se cayó de forma brusca hasta el piso -3, donde chocó con el suelo del edificio. En ese momento, Carol denunció que los citófonos del ascensor no estaban funcionando. Tras unos minutos, el elevador habría empezado a subir y bajar sin control. La joven luego llamó a un compañero para que solicitara ayuda.

El compañero fue en búsqueda de los guardias y Carol pudo finalmente salir del ascensor, después de haber esperado 20 minutos.

“En total estuvimos 20 minutos adentro, encerradas y angustiadas pues el ascensor después de la caída siguió subiendo y bajando durante todo el tiempo. Hacía ruidos horribles que hasta el día de hoy me persiguen en pesadillas”, publicó la joven en su perfil de Facebook.