Dirigentes sindicales de la Dirección General de Aeronáutica Civil revelaron una serie de deficiencias, como que algunos funcionarios no cuentan con chalecos antibalas.

Continúa la investigación por el robo frustrado en el aeropuerto de Santiago, donde fallecieron dos personas: un funcionario de la DGAC y uno de los asaltantes que pretendían robar más de 32 millones de dólares.

Un delito que, según los primeros antecedentes, tuvo una alta planificación de los desconocidos que pretendían concretar el ilícito, y que, a su vez, abrió una serie de cuestionamientos a la seguridad del terminal aéreo.

El subsecretario de Prevención del Delito, Eduardo Vergara, junto con indicar que existen procedimientos en curso por parte de la policía, para detectar otros posibles participantes, señaló que para el Gobierno es intolerable e inaceptable la vulneración de los anillos de seguridad del recinto.

El 15 de diciembre de 2021, cuando la terminal estaba pronta a ser entregada luego de su remodelación, un grupo de personas intentó concretar un delito semejante.

En aquella oportunidad, un guardia logró frustrar el ilícito, pese a que fue amarrado.

Constanza Espinoza, dirigenta de la Asociación de Especialistas en Seguridad Aeroportuaria, señaló que posterior a este delito la medida tomada por la administración fue sólo instalar una caseta en la zona, sin luz ni agua, y que incluso hay funcionarios que no cuentan con chalecos antibalas.

El director subrogante de la PDI, Claudio González, se refirió a la investigación que llevan adelante. Sin entregar mayores antecedentes, confirmó que se utilizaron armas cortas y largas.

La investigación sigue adelante y, según fuentes policiales, habría una persona involucrada que escapó y que estaría completamente identificada.