La presidenta del Centro de Padres y Apoderados del Liceo Darío Salas indicó que hace dos años arrastran los problemas en la infraestructura del recinto y acusó falta de voluntad por parte de las autoridades para revolver las deficiencias existentes. Esto, luego que se decretara el cierre del recinto educacional de Santiago por la presencia de aguas servidas.

Una inspección sanitaria comprobó los graves problemas de infraestructura que presenta el Liceo Darío Salas de Santiago, donde incluso se encontró presencia de aguas servidas en los baños del recinto. Ante eso, se decretó el cierre y la suspensión de clases presenciales de forma indefinida.

En conversación con Expreso Bío Bío, la presidenta del Centro de Padres y Apoderados del liceo, Katherine García, acusó falta de voluntad de autoridades ante la problemática que se viene arrastrando hace dos años.

“Nos encontramos con el colegio clausurado por aguas servidas provenientes de los baños”, detalló la apoderada, quien precisó que era una situación recurrente.

Según explicó, el recinto recibe a 1.620 alumnos y dispone de sólo 8 baños. A su juicio, eso habría generado el colapso.

Pero no sería el único problema estructural, detalló que el recinto tiene rejas desoldadas, vidrios quemados con ácido, un gimnasio inhabilitado desde 2010 y un auditorio mal reparado.

“Tenemos paralizada la gestión de los proyectos porque no se han levantado las órdenes de la DEM y no se han licitado los arreglos. Eso ha pasado durante dos años”, aseguró.

La representante de los apoderados afirmó que ha solicitado reiteradas veces una reunión con la alcaldesa de Santiago y sostenedora del recinto, Irací Hassler, pero los derivan con el director Rodrigo Rocco, con quien mantienen una mesa de trabajo hace 9 meses junto a otros liceos de la comuna.

“El primero de marzo tuvimos la primera reunión y le comentamos que no teníamos mobiliario para ingresar al colegio y que nos iban a faltar enseres, como mascarillas y alcohol gel, y nos dijo que no nos preocupáramos que llegaría mobiliario al liceo, pero llegó la mitad”, agregó.

Asimismo acusó que hay falta de docentes, auxiliares y paradocentes tras el aumento en la cantidad de matrículas.

Entre las dificultades que deberán asumir tras la suspensión es que 236 estudiantes no tienen acceso a Internet para seguir las clases online y 1.038 no tienen red Wifi en sus domicilios.

A su juicio, tras lo ocurrido, “hay gente que debe poner un pie al costado y se quede quienes tengan las competencias para hacer el trabajo que se les encomienda, que es la seguridad de nuestros hijos”.

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