La Fundación Jaime Guzmán afirmó que durante los actos de vandalismo perpetrados paralelo al funeral de Luisa Toledo, el ánfora de la madre del fundador de la UDI fue robada desde su tumba.

Mediante una declaración pública, desde la entidad se refirieron al hecho ocurrido el 7 de julio, cuando un grupo de asistentes al funeral vandalizaron diversos mausoleos en el Cementerio General.

Entre las tumbas afectadas estuvo la de Jaime Guzmán. Desde la fundación detallaron que no sólo realizaron “rayados prosaicos e insultos”, sino que además quemaron la cruz y removieron la lápida.

En ese contexto, indicaron que lo más grave fue el robo de las cenizas de la madre de Jaime Guzmán.

La entidad señaló que siempre ha existido una cultura de respeto a los muertos y una condena categórica a la profanación de sus tumbas. Pero que “en el último tiempo, algunos actores pretenden desterrar esta cultura del ‘nuevo’ Chile”.

Asimismo, afirmaron que tanto el vandalismo como la violencia “se han enseñoreado en nuestra sociedad”.

Lo anterior, lo atribuyen al debilitamiento del Estado de Derecho, que se expresa en la ausencia de orden público y en el abandono de sus deberes de cuidado de quienes administran el Cementerio General.

La Fundación Jaime Guzmán anunció que tomará las medidas legales pertinentes.

Finalmente, la entidad manifestó que actualmente parece “estéril condenar actos de vandalismo”, porque existe un sector de la sociedad que “valida la violencia como herramienta para desencadenar reformas sociales”.

Lee a continuación la declaración completa:

DECLARACIÓN PÚBLICA

El miércoles 7 de julio, un grupo de asistentes al funeral de Luisa Toledo, atacó la tumba de Jaime Guzmán Errázuriz en el Cementerio General, dejándola en un estado lamentable. Ante este nuevo acto de vandalismo la Fundación declara lo siguiente:

1. Desde las más antiguas civilizaciones, siempre ha existido una cultura de respeto a los muertos y una condena categórica a la profanación de sus tumbas, por ser considerados actos inhumanos de profunda gravedad. Lamentablemente, en el último tiempo, algunos actores pretenden desterrar esta cultura del “nuevo” Chile.

2. En esta oportunidad no sólo fue vandalizada la tumba de Jaime con rayados prosaicos e insultos, sino que también quemaron su cruz, removieron su lápida y, lo más grave, robaron el ánfora con las cenizas de su madre.

3. El vandalismo y la violencia que le subyace se han enseñoreado en nuestra sociedad porque hay un debilitamiento del estado de derecho que, entre otras cosas, se expresa en la ausencia de orden público, pero también por el abandono de sus deberes de cuidado de quienes administran el Cementerio General. La Fundación adoptará las medidas legales pertinentes para intentar corregir esta situación.

4. Aunque en los tiempos que vivimos parece ser estéril condenar actos de vandalismo como los descritos, pues un sector de la sociedad valida la violencia como herramienta para desencadenar reformas sociales, igualmente hacemos un llamado a todas las fuerzas políticas democráticas para repudiar estos deleznables hechos, pues es la democracia misma la que está en riesgo, y defenderla es una responsabilidad compartida.

Fundación Jaime Guzmán E.