Con una fractura en el tabique nasal y diversos hematomas quedó Manuel Sánchez, un repartidor de sushi que fue golpeado brutalmente por Rodrigo González, su exjefe que lo acusó de haber participado en un robo en el local.

La situación se registró al interior de una tienda de sushi de Cerro Navia, en la que trabajaba hace cinco meses junto a su pareja María Alejandra Bobes, ambos de nacionalidad venezolana. La golpiza ocurrió el 24 de mayo, un día después de que el lugar sufrió un robo de comida, celulares, computadores y material de la empresa.

En conversación con Bienvenidos, Sánchez explicó que fueron citados a una reunión luego que quedara al descubierto el robo, el cual fue cometido por un mismo trabajador del local.

En dicha instancia, según el relato de Sánchez, el jefe comenzó a “mencionarnos más a nosotros. Empieza a decir que a las otras dos personas que ayudaron en la colaboración, quienes son la cabeza maestra de lo que pasó, ya están siendo investigados por la PDI y Carabineros”.

De esta manera, añadió que “después de eso él llega y dice ‘fueron ustedes dos, ya la persona que robó declaró en contra de ustedes’. Sumado a esto, su exjefe les aseguró que “están siendo investigados para ser luego buscados en sus casas, donde quieran que estén los van a buscar porque la PDI está detrás de ustedes”.

“Yo me quedo como en shock porque para mí es algo duro, me ha costado entrar al país y mantenerme”, recordó tras esta acusación. Tras esto, añadió que “yo me volteo y él se abalanza sobre mí (…) y me da un golpe”.

Por este primer golpe se le rompieron sus lentes. “Me sigue golpeando, quedó mareado en el piso. No entendía, para mí fue un golpe sorpresivo”, añadió.

Además, confesó que “todavía temo por mi vida porque fui amenazado de muerte con mi señora”. Tras la agresión, intentó llamar a la Carabineros, instancia en la que fue nuevamente golpeado con puños y pies.

De acuerdo a su relato, minutos después, una trabajadora los ayudó a salir y les pidió que “váyanse porque si se quedan aquí, los van a matar”. Una vez fuera del local, la pareja fue a denunciar la situación a Carabineros para posteriormente detener tres personas: los dos jefe y un cocinero que también fue acusado de agredirlo.

Amenazas

Mientras Sánchez era golpeado, María Alejandra Bobes también se encontraba en el lugar junto a la dueña del local, Paula Ibaceta. En ese momento, relató que “me estaba obligando a hablar, mientras tenían a Manuel en el piso. Me dice ‘habla porque si no lo vamos a seguir golpeando’. Me amenazaba”, relató.

“En el momento en que Manuel se levanta y dice que llamaremos a Carabineros, Rodrigo se mete a la cocina donde estoy yo, primero como que me alza la mano (…) y ahí empieza ella con la amenaza diciendo que para ella solo existe una justicia que es la de ella, que puede mandar a matones a hacernos cualquier cosa”, relató.

Tras esto, reconoció que “hemos tenido mucho miedo de llegar a la casa, en especial los primeros días porque sufrimos las amenazas directamente”, añadiendo que debieron dejar su departamento por 15 días.

Las víctimas interpusieron una demanda en contra sus exjefes por tutela laboral por vulneración de garantías fundamentales y también una querella por lesiones menos graves. Además, los acusados fueron formalizados y quedaron con la medida cautelar de prohibición de acercarse a ellos.

Este artículo describe un proceso judicial en curso
Existe la posibilidad de que los cargos sean desestimados al finalizar la investigación, por lo cual NO se debe considerar al o los imputados como culpables hasta que la Justicia dicte sentencia en su contra.
(Artículo 04 del Código Procesal Penal)