Desde el 1 de agosto, debido a una ordenanza municipal, todos las personas que atienden botillerías o locales de venta de alcohol en Las Condes deben pedir mostrar la cédula de identidad a quienes compren alcohol.

Se trata de una ordenanza que vino a suplir la idea original del alcalde Joaquín Lavín, de tener a adolescentes como agentes encubiertos que permitiera sancionar a quienes vendían alcohol a menores. Sin embargo, pese a contar con permiso de los padres, menores de 18 años no pueden trabajar en horario nocturno ni en ese ámbito, por lo que la idea no prosperó.

Ante eso, nació la ordenanza que obliga a exigir carné y que este viernes comenzará a ser fiscalizada con agentes encubiertos.

No solo los locales físicos serán sometidos a fiscalización, también lo harán las aplicaciones de servicio de despacho, como Rappi, Uber Eats y Pedidos Ya, según consignó El Mercurio.

En este casi, explicó el alcalde, “el repartidor deberá pedir el carnet al momento de la entrega para verificar si quien recibe en el domicilio es mayor de edad”.

Quienes incumplan la ordenanza se arriesgan a multas de 2 a 5 UTM, es decir de $97 mil a $243 mil, por cada vez que no soliciten la cédula de identidad. En caso que se concrete una venta de alcohol a un menor de edad, la multa será de 5 UTM.