El pasado 29 de junio falleció James Gaete a causa de una neumonía en el Hospital Calvo Mackenna. James, tenía sólo 3 años y había recibido un trasplante debido a una patología hepática. Hoy su caso sigue en pie, y el fiscal, Marcos Emilfork comenzó a investigar la empresa que contrató Sename para que velara por el bienestar del menor 24/7.

Apenas dos semanas tenía el pequeño cuando le diagnosticaron su enfermedad: una grave patología en el hígado, que no pudo ser tratada en Antofagasta, lugar donde nació, por lo que tuvo que venir a Santiago. Sus padres, Ana María Tamayo y Jaime Gaete tenían problemas con las drogas, por lo que el cuidado de James quedó en manos de  la Casa Nacional del Niño del Sename ubicada en Ñuñoa.

Lee también: James Gaete: el niño que murió recuperándose de un trasplante al cuidado del Sename

Una vez realizado el transplante, el caso de James Gaete está lleno de dudas. Según indicó el diario La Segunda, los testimonios de los funcionarios de la Casa Nacional del Niño señalan que la empresa privada, Home Quality Care, entregó los cuidados pertinentes durante las primeras semanas. Luego de eso, las cuidadoras del organismo estatal comenzaron a medicar al pequeño, quienes afirman haber dado conocimiento de esta situación a la dirección nacional del Sename.

Debido a esto el fiscal indaga la posibilidad de que exista responsabilidad por parte de las jefaturas del Servicio Nacional de Menores, teniendo en cuenta que este organismo había contratado a la empresa privada para que cuidara al menor, lo que al parecer no se estaba cumpliendo.

Según consignó La Segunda, el contrato entre Home Quality Care y Sename -firmado por la ex directora Marcela Labraña– tenía un valor de 60 mil pesos diarios, ascendiendo a la cifra de poco más de 22 millones de pesos, el contrato contemplaba técnicos en enfermería que debían prestar atención las 24 horas del día al pequeño.

Sin embargo, esto dejó de ocurrir. Paola Sepúlveda, una de las dueñas de la empresa indicó al diario que esto se debió a que una de sus trabajadoras “sacó más dosis de las que se necesitaba y botó lo que sobraba como siempre se hace, para dar la medida justa…Ahí la gente del centro dijo que los medicamentos no se podían botar porque venían justos del hospital así que decidieron que ellos se iban a encargar de administrarlos”.

De ahí en adelante, según la versión de Sepúlveda, la empresa se encargó de realizar monitoreo, revisión de signos vitales, acompañamiento, estimulación y traslados, de lo que habría quedado constancia en la Dirección Nacional de Sename.

Por su parte, el fiscal, continúa la investigación recaudando datos y evidencias, y no se descarta que el Servicio Nacional de Menores haya tenido posibles responsabilidades en la muerte de James debido a una neumonía 22 días después del trasplante de hígado.