Un joven de sólo 27 años terminó grave y con compromiso ocular luego de pedir que se bajara la música en una fiesta clandestina que se desarrollaba al lado de su hogar en Los Ángeles. Su madre llamó a las personas a no callarse y denunciar.

Los hechos fueron los siguientes; la madrugada del domingo 28 de marzo un vecino del sector Cantarrana, sintió una pelea, logrando ver en la oscuridad un grupo de 15 personas aproximadamente. A los minutos decidió salir a mirar, y se encontró con un joven en el piso, en posición fetal.

Decidió llamar a Carabineros, quienes en conjunto con SAMU arribaron y le consultaron al joven su nombre. Fue en ese momento cuando el residente – sorprendido – reaccionó y se dio cuenta que era su joven vecino.

La madre del herido, Karen Becerra, relató a Radio Bío Bío lo que ocurrió esa noche, cuando su hijo de 27 años salió de su hogar para exigir a los asistentes de una fiesta clandestina que bajaran la música.

“Sucedió algo que no debería haber pasado nunca, Nicolás fue encontrado tirado en el pasto, en el frontis de la parcela de un vecino. Le consultó Carabineros si se acordaba de su nombre y él dijo “Nicolás Romero Becerra”, mi vecino no lo podía creer, no lo reconoció porque tenía la cara llena de sangre”, señaló.

La mujer expresó que momentos antes quienes eran parte de la fiesta habían gritado hacia su hogar, donde estaba su hijo, ya que lo habían reconocido como alguien que hizo su servicio militar de manera voluntaria. Ella se dio cuenta y le pidió que no hiciera nada.

Cuando Carabineros tocó a su puerta para informar que había una persona lesionada grave, afirmó que no podía ser él, ya que estaba durmiendo. Al acudir a su cuarto, notó que Nicolás no estaba.

Este martes el joven entrará a pabellón en el Hospital Militar de Santiago para enfrentar una operación crucial, ya que sus lesiones fueron de carácter grave, incluso comprometiendo su visión.

Karen Becerra comentó que los médicos le dijeron que parte de la formación de Nicolás le permitió sobrellevar los golpes y evitar más daños por la hipotermia que le generó el pasar aquellos momentos en el suelo.

Asimismo, la madre del joven afirmó que lo principal en este momento es la evolución de su hijo, pero apenas la situación le permita volver a Los Ángeles realizará una denuncia para complementar el trabajo que ya realiza la PDI y así se dé con los responsables.

Enfatizó en que la situación sanitaria es crítica y que las fiestas clandestinas están aumentando, y por ende, llamó a la población a no guardar silencio y denunciar este tipo de hechos, ya que hace unas semanas fue su hijo, pero a futuro podría ser el de otra familia.

Junto a eso, instó a las autoridades a mejorar las medidas de fiscalización, ya que ella piensa que si aquella noche se hubiese cursado un sumario sanitario, quizás su hijo no habría terminado grave en un hospital.

Cabe señalar que el lugar donde se registró la fiesta, según reconoció la mujer y también como lo han dicho algunos vecinos, es una especie de centro de eventos, ya que ha sido habitual el escuchar música, gritos y celebraciones, aún durante esta pandemia.

La madre agradeció a todos quienes incluso sin conocer a su familia se han sumado a las cadenas de oración que se han difundido por plataformas sociales, reconociendo que por la carga emocional que tiene no ha podido colaborar en las publicaciones que buscan difundir el caso de su hijo, y dar cuenta de la operación que este martes enfrentará y que será crucial para la recuperación de este joven agredido por pedir que se bajara la música en una fiesta clandestina.