A partir de este lunes, la Universidad de Concepción se convirtió, de manera oficial, en Monumento Nacional.

Así lo confirmó, a través de su cuenta de Facebook, el Consejo de Monumentos Nacionales, que además acompañó la publicación con una imagen de Sir Perro, la famosa mascota universitaria que falleció en enero.

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Recordemos que el anuncio de declaración se realizó en agosto del año pasado y faltaba la ratificación de la ministra Adriana Delpiano para ser oficializado.

“La Ciudad Universitaria, se proyecta a partir de una perspectiva integral, que además de cumplir las funciones estrictamente pedagógicas, se plantea con un sentido altamente cívico; lo que permite la apropiación y pertenencia del lugar, no solo de la comunidad universitaria, sino que de todos los ciudadanos”, destacó Ángel Cabeza, director de la Dibam y vicepresidente del Consejo de Monumentos Nacionales.

“Es parte de la memoria social y la vida cotidiana de los penquistas, formando parte de su historia reciente y constituyéndose como un símbolo de la ciudad”, agregó en esa oportunidad.

El CMN describió a sus edificios principales como poseedores de “una impronta funcionalista, limpios de ornamentación en fachada y con líneas claras que marcan su estructura”, según señalaron los consejeros al adoptar la determinación.

El área protegida comprende el polígono compuesto por las calles Chacabuco, Edmundo Larenas y la avenida Augusto Rivera -donde están los edificios Arco, Pinacoteca y Anatomía, además de las facultades de Farmacia, de Ciencias Naturales y Oceanográficas y de Ciencias Jurídicas y Sociales-. También se suma el eje central que va desde el Foro hasta la Biblioteca Central.

Nuevo estatus

El director del Programa de Patrimonio Cultural de la Universidad, Ricardo Utz señaló a la “>revista Panorama, que desde ahora cualquier intervención que se realice en la zona indicada, debe ser visada por el Consejo, ya que el Estado se encargará también de su protección.

La Ley de Monumentos Nacionales, en su artículo 38, establece penas de presidio y multas a quienes causen daño o afecten la integridad de un monumento nacional, sancionando también como delitos de apropiación indebida, usurpación, hurtos o robos, entre otros.