El joven argentino de 28 años, de contextura física delgada, tez blanca, cabello negro y 1.82 metros de altura, vestía botas marrones con punta de acero y pantalón negro al momento de su desaparición.

La última vez que alguien vio al joven argentino Alejandro Mauricio Herrera (28) fue el 25 de junio de 2022. Estaba en Magallanes, junto con su pareja, cuando tomó rumbo desconocido, sin que se haya tenido noticias de su paradero hasta ahora.

Y durante 16 meses, el padre del joven, Julio Orlando Herrera, ha llevado adelante una desesperada e intensa búsqueda literalmente por cielo, agua y tierra, viajando en reiteradas ocasiones entre Río Turbio en la provincia de Santa Cruz, Argentina, y Punta Arenas.

“No sabemos qué sucedió, si salió a la ruta, si salió hacia la frontera, hacia la montaña, no tenemos ambsolutamente nada de él”, comentó a El Pingüino Julio Orlando Herrera.

El hombre camina por todo Punta Arenas acompañado de un set fotográfico de su hijo, donde se puede ver el rostro del joven y algunas características particulares de Alejandro Mauricio Herrera. Espera con eso ayudar a identificarlo.

Destaca que en su búsqueda ha tenido ayuda de diferentes instituciones, tanto argentinas como chilenas.

“Lo hemos buscado desde el primer minuto, con las fuerzas de seguridad de la República Argentina, con el Ejército, con la Gendarmería, con la Policía, con personal de Bomberos, con el apoyo logístico de la Enfermería, de la gente de Protección Civil, civiles, gente a caballo, en moto, incluso con el apoyo de la Prefectura que ha venido con botes y sonares para revisar los espejos de agua”, describe Julio Herrera.

Respecto de su hijo, comenta que, al momento de la desaparición, el joven se desempeñaba como minero en el Yacimiento Carbonífero Río Turbio. Mientras que en su tiempo libre, Alejandro se dedicaba a ser DJ, oficio que lo llevó a visitar de manera constante Puerto Natales.

El padre destacó también el apoyo que ha tenido en territorio chileno en su búsqueda, resaltando la ayuda brindada por Carabineros, Policía de Investigaciones, grupos de rescate, e incluso desde la Fiscalía de Puerto Natales.

Cabe destacar que el joven argentino de 28 años, de contextura física delgada, tez blanca, cabello negro y 1.82 metros de altura, vestía botas marrones con punta de acero y pantalón negro al momento de su desaparición.