Dos propiedades en Valdivia, en la región de Los Ríos, podrían ser embargadas y rematadas por una deuda bancaria, pese a que ninguna de sus propietarias ha pedido un crédito en la entidad que les está cobrando.

Hace aproximadamente un año cambió por completo la vida de Rosa Mera Fernández y Norma Carrasco Pérez. En ambos casos, un receptor judicial llegó hasta sus domicilios, informándoles que se había iniciado un proceso de embargo por una deuda que superaba los $80 millones.

Ninguna de ellas sabía de qué se trababa, porque nunca han pedido un crédito en la entidad. Indagando un poco más, se enteraron que todo empezó hace varios años atrás.

Rosa Mera Fernández, de 74 años, ha vivido en el terreno desde 1971, cuando contrajo matrimonio con el dueño de la propiedad. El año 2007 falleció su esposo y en el hogar se quedó con su hija Pamela y una nieta, sobreviviendo con una pensión de $100 mil.

Debido a lo anterior, en 2008 decidió vender la mitad del terreno, utilizar el dinero para construir cabañas y así mejorar sus ingresos. El comprador fue un habitante del sector de Las Ánimas, de apellido Troncoso.

Según se lee en la demanda, el mismo año en que Troncoso compró el terreno, solicitó un crédito bancario, hipotecando dicha propiedad. El 2017 pidió un segundo crédito y a la fecha ambos están en mora por no pago.

En 2015, pese a existir una prohibición de enajenar, Troncoso vendió el sitio a Norma Carrasco Pérez, quien actualmente vive en el lugar.

Esta última mujer no entiende cómo le permitieron comprar la propiedad que estaba hipotecada, porque supuestamente todos los papeles fueron revisados antes de la transacción.

Según las afectadas, quien pidió los créditos nunca ha desconocido la deuda, incluso tiene la intención de pagar, pero la empresa de cobranza estaría haciendo exigencias prácticamente imposibles de cumplir.

Ambas están en busca de asesoría para poder salir de este problema, con el riesgo permanente de quedar en la calle.