El seremi de Transportes y Telecomunicaciones en Los Lagos reconoció su nula atribución para que las compañías de telefonía mejoren sus prestaciones en zonas rurales, evidenciando la desigualdad en materia de conectividad, especialmente para alumnos que deben acceder a clases telemáticas en medio de la pandemia.

Juan Carlos Salamanca vive a 9 kilómetros de Osorno, en el sector Remehue, lo suficientemente cerca para trasladarse a la ciudad, pero muy lejos de la misma conectividad que las empresas de telecomunicaciones promueven en zonas urbanas; realidad que considera desigual, al comparar a otros jóvenes en clases virtuales desde sus casas, con los esfuerzos que debe realizar su hija para trepar las ramas de un árbol y orientar su notebook en búsqueda de señal para cumplir con sus estudios.

Dijo que en la idea de probar señales, ha contratado servicios de varias compañías pero es lo mismo: “Ninguna ha sido efectiva, tenemos tres hijos en el colegio, por lo tanto, la capacidad de gigas que entrega la compañía son insuficientes”.

Sin embargo, no sabe si más penosa es la realidad de su hija o la respuesta del seremi de Transportes y Telecomunicaciones en Los Lagos, Nicolás Céspedes, quien indicó que se trata de un hecho “normal” por la falta de inversión de las empresas en zonas apartadas.

“Es más común de lo que uno cree (…) es un problema que siempre ha surgido, las empresas de telecomunicaciones no llegan a zonas aisladas, es bastante normal. Es mucho más conveniente para una empresa prestar servicios en una población donde viven mil personas, que tener que hacer una antena que vale un millón de dólares en un sector costa, que tiene un costo de mantención de 60 millones mensuales”, detalló.

Concluyó que “por un tema económico no van y nadie los obliga a ir”.

La esperanza para revertir la falta de conexión, según el seremi, es un proyecto de fibra óptica, donde el aporte de 15 mil millones de pesos desde el Gobierno Regional será clave para su implementación.

No obstante, dijo que tomará tiempo y llamó a tener paciencia, la misma que deben tener quienes buscan señal arriba de un árbol o en zonas rurales.