La comunidad laica de Los Lagos solicita explicaciones sobre presuntos encubrimientos a abusadores sexuales por parte de Fernando Ramos, nuevo arzobispo de Puerto Montt que asumirá el próximo 29 de febrero.

Por una parte, esperan que sea Ramos el que continúe el trabajo de investigación de abusos sexuales en la Iglesia, como también de ordenamiento administrativo al interior de la Arquidiócesis puertomontina; pero por otra parte, le exigen aclarar públicamente las acusaciones en su contra por encubrimiento, como lo sentenció el vocero de los laicos en Puerto Montt, Marco Ruiz.

“Finalmente él tiene que también dar a conocer públicamente la acusación que le han hecho en muchas partes de Chile, no cierto, como presunto encubridor de delitos”, sostuvo.

Una relación que no comienza bien, pues desde Osorno los laicos representados por Mario Vargas ven con desesperanza la llegada de la “elite eclesiástica”.

“Ya no hay nada que conversar con estos pastores. Se sabe perfectamente que han formado cofradías. Pertenecen a una élite psicológica enferma. Son delincuentes que aún no han pagado sus crímenes por encubrir abusos de menores. Estoy hablando específicamente de los cardenales Errázuriz, Ezzati y de todos los que han sido elegidos últimamente como Ramos”, aseguró Vargas.

Respecto a los cuestionamientos, el actual administrador apostólico, Ricardo Morales, aseguró que la Iglesia cambió y que estas acusaciones no han tenido el peso suficiente para formalizarse en las instancias disponibles.

“Hoy la Iglesia está en una disposición muy distinta a aprender de los errores y a no cometerlos nuevamente. Yo creo que las personas que puedan manifestar algo en relación a monseñor Fernando Ramos, bueno, tienen que hacerlo saber en las instancias que corresponda y si hasta el día de hoy no se han manifestado, bueno, es porque obviamente, quizás, no tienen el mérito ni la fuerza suficiente”, indicó.

Morales indicó que hay que tener la apertura para esperar la llegada de Fernando Ramos, y que efectivamente pueda seguir con el trabajo ya iniciado en materia penal y eclesiástica contra sacerdotes abusadores, como también en la línea de la probidad administrativa al interior de la Iglesia Católica de Puerto Montt.