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Resumen generado con una herramienta de Inteligencia Artificial desarrollada por BioBioChile y revisado por el autor de este artículo.

Emprendedores turísticos de Capitán Pastene en la comuna de Lumaco, región de La Araucanía, expresaron que el conflicto en la zona les ha causado daño, pidiendo al Estado y al dueño del Fundo Pidenco resolver la situación en el predio tomado hace más de una década.

Emprendedores turísticos de Capitán Pastene en Lumaco, región de La Araucanía, afirman que el conflicto que se vive en la zona les ha generado un gran daño y esperan que tanto el Estado como el dueño del Fundo Pidenco resuelvan pronto la situación que se vive en ese terreno, donde está sepultado el integrante de la CAM, Pablo Marchant.

A los problemas de cancelación de reservas, se suma que deben vivir con el estigma de estar en la llamada zona roja.

Preocupados y llenos de incertidumbre están los emprendedores turísticos que viven en la localidad de Capitán Pastene, en la comuna de Lumaco -una de las más pobres del país- debido al fuerte impacto que ha tenido en el desarrollo turístico el conflicto que se vive en la zona y en los últimos meses los dos mega operativos para intentar exhumar los restos del integrante de la CAM, Pablo Marchant, desde el Fundo Pidenco, que hace 12 años está tomado por comunidades que adhieren a esta organización radical y que colinda con este villorrio.

Hace unos 20 años el turismo se comenzó a desarrollar formalmente en esta localidad fundada por los colonos italianos que fueron traídos por el Estado a esa zona de La Araucanía y que hoy -dicen- son el jamón del sándwich de un conflicto entre el Estado y las comunidades mapuche que reivindican derechos ancestrales sobre algunos terrenos.

Genny Fulgeri, presidenta de la Agrupación Gremial de Turismo y Cultura de Capitán Pastene, y que hace más de 18 años trabaja en el rubro gastronómico y de alojamiento, sostuvo que lo que ocurre en el Fundo Pidenco debe resolverse pronto porque ha tenido un impacto en el turismo, con factores tales como la cancelación de reservas, visitantes que no pueden llegar al destino, y aumento de la sensación de temor.

Pero hay algo más grave, la dirigenta aseveró que los emprendedores son castigados por los bancos y las aseguradoras por estar en la llamada zona roja, lo que impide acceder a préstamos para desarrollar proyectos.

Por su parte, Rodrigo Núñez trabaja hace ocho años ofreciendo el servicio de alojamiento en cabañas y habitaciones, emprendedor que afirmó que el Estado debería hacerse cargo de mejorar las condiciones de las comunidades que actualmente ocupan el Fundo Pidenco, porque a su juicio sacarlos del lugar podría generar más problemas.

Los emprendedores relatan que hace dos años los atentados habían aumentado considerablemente en la zona y el turismo tuvo una baja considerable que para algunos llegó hasta el 80%, a tal punto que muchos pensaron en vender sus emprendimientos para irse a otra zona del país.

Esto último, porque la situación era insostenible, nadie viajaba a Lumaco por los reiterados atentados incendiarios, aunque hoy afirman que la situación cambió con el Estado de Excepción, ya que en los últimos años han estado repuntando en lo económico.