El condenado deberá permanecer bajo la vigilancia de la autoridad por un período de 10 años, contados desde el término del cumplimiento de la pena principal.

Un pastor evangélico de origen argentino fue condenado a 6 años de cárcel por el delito de abuso sexual infantil, contra una niña que en el momento de los hechos tenía menos de 10 años.

El abuso sexual fue realizado por el hombre de 59 años al interior del edificio utilizado como templo de oración. Según informó la Fiscalía de Chile Chico, estos hechos se produjeron en una fecha indeterminada entre 2015 y 2017 en Aysén.

Las diligencias aclaratorias del caso, fueron dirigidas por el fiscal Álvaro Sanhueza y efectuadas por detectives de la Brigada de Delitos Sexuales de la PDI y profesionales del Servicio Médico Legal.

Según explicó el fiscal Sanhueza, en el juicio se dio por acreditado que los hechos perpetrados por el pastor evangélico argentino ocurrieron en fecha indeterminada entre los años 2015 a 2017, en una época cercana a Navidad y cuando la niña tenía menos de 10 años.

Lee también...
 Apoderados protestan tras denuncia de abuso sexual contra alumno de 7 años de colegio de Hualpén Lunes 24 Abril, 2023 | 22:02

“El Tribunal de Juicio Oral en Lo Penal de Coyhaique, dictó sentencia condenatoria en el marco de un juicio oral sostenido por la Fiscalía Local de Chile Chico en contra del imputado de iniciales S.N.L., pastor evangélico”, comentó el fiscal Sanhueza. El persecutor agregó que se le condenó “por el delito de abuso sexual de una menor de edad, a la pena de 6 años de presidio mayor en su grado mínimo, sin pena sustitutiva”.

Además, el sujeto fue sentenciado a la inhabilitación absoluta perpetua de cargos u oficios públicos e inhabilitación absoluta perpetua para empleos ejercidos en ámbitos educacionales o que involucren una relación directa y habitual con personas menores de edad.

Incluso, deberá permanecer bajo la vigilancia de la autoridad por un período de 10 años, contados desde el término del cumplimiento de la pena principal.

Además, el persecutor penal sostuvo que se prohibió al condenado visitar a la víctima o lugar de estudio y se ordenó, por parte del Tribunal, el registro de su huella genética en el registro de ADN para persona abusadora.