Con la esperanza que la justicia osornina aplique todo el rigor de la Ley se encuentran las familias de las dos profesoras fallecidas hace un año en la ruta U55, camino a Puerto Octay, luego que un conductor ebrio las impactara a alta velocidad.
Jorge Ojeda, padre de la tercera docente que logró sobrevivir, señaló que si bien las heridas físicas de Gisela han sanado poco a poco, las del alma no, situación que llevó a la joven incluso a renunciar a su trabajo y salir de la comuna porque todo le recordaba a sus amigas fallecidas.
Respecto al juicio oral, la familia tiene el temor que los jueces puedan considerar alguna circunstancia modificatoria de pena y que Soto García no pague con cárcel.
A partir de ese temor es que en la causa también actuarán dos abogados querellantes, uno representando a su hija y el otro en representación de la familia de Carla Ramos Muñoz, y así pugnar por penas efectivas de presidio considerando que fueron 3 víctimas de las cuales solo una sobrevivió.
Al igual que en todo el proceso legal, para el inicio del juicio oral se trasladará parte de la comunidad educativa de Puerto Octay, como también familiares y amigos de las fallecidas, provenientes de Purranque, Valdivia y Osorno.