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Resumen generado con una herramienta de Inteligencia Artificial desarrollada por BioBioChile y revisado por el autor de este artículo.

El ex Cuartel Borgoño, emblemático sitio de tortura de la dictadura, ahora está en manos de la Corporación Memoria Borgoño tras una concesión gratuita por 15 años del Ministerio de Bienes Nacionales. La medida permitirá desarrollar proyectos en defensa de los derechos humanos. Inaugurado en 1892, el lugar fue centro de represión desde 1977, vinculado a violaciones de derechos humanos.

El ex Cuartel Borgoño, uno de los principales centros de detención y tortura de la dictadura, quedó oficialmente bajo la administración de la Corporación Memoria Borgoño, tras la entrega de una concesión gratuita por 15 años otorgada por el Ministerio de Bienes Nacionales.

La medida culmina un proceso iniciado el 10 de diciembre de 2024, en el Día Internacional de los Derechos Humanos, cuando el Gobierno anunció que la Policía de Investigaciones devolvería el inmueble al Fisco.

Seis meses después, el recinto pasó primero a un permiso de uso provisorio y ahora a una concesión definitiva, que permitirá desarrollar un proyecto orientado a la promoción, educación y defensa de los derechos humanos.

El ex Cuartel Borgoño

El inmueble tiene un largo recorrido histórico. Fue inaugurado en 1892 como el Instituto de Higiene de Santiago, precursor del actual Ministerio de Salud. Cerró en 1924 y fue declarado Monumento Histórico en 1984.

En 1977, ya en dictadura, pasó de forma arbitraria a manos de la CNI, funcionando hasta 1988 como centro de represión. Las violaciones a los derechos humanos cometidas allí están consignadas en los informes Valech y Rettig, y el recinto estuvo vinculado a operativos como Albania, Alfa Carbón, Machete (Neltume), además de asesinatos y desapariciones forzadas en distintos puntos del país.

Higinio Espergue, presidente de la Corporación Memoria Borgoño, calificó la entrega como la culminación de una etapa de organización permanente iniciada tras la declaración del inmueble como Monumento Nacional en 2016.

“Este hermoso edificio es la evidencia material de la historia de un Estado que protegió a sus ciudadanos impulsando la salud pública, hasta su nefasta reconversión en centro de tortura en manos de la CNI”, señaló, recordando que desde el ex Cuartel Borgoño se planificaron “decenas de operaciones de exterminio disfrazadas de falsos enfrentamientos” y que “miles de personas fueron vejadas y torturadas entre sus muros”.

El ministro de Bienes Nacionales, Francisco Figueroa, destacó que más de la mitad de los sitios de memoria emplazados en inmuebles fiscales han sido gestionados durante los primeros años del Gobierno del Presidente Gabriel Boric.

“Convertirlos en lugares de educación en derechos humanos, donde nuevas generaciones accedan a la verdad y valoren estos principios fundamentales de nuestra convivencia democrática, es lo que permiten los sitios de memoria” , afirmó, subrayando que su administración quede en manos de organizaciones de la sociedad civil garantiza su continuidad más allá de los gobiernos de turno.

El futuro del exCuartel Borgoño contempla su conservación como Monumento Histórico, el resguardo de su memoria como excentro de detención y tortura, y el desarrollo de usos públicos y comunitarios, en armonía con la historia del lugar y al servicio de la educación en derechos humanos, según detallaron desde el Ministerio.