"La Moneda y el Congreso estuvieron a punto de caer y gracias a los carabineros hoy hay Estado de Derecho. Me puedo morir tranquilo", resaltó Mario Rozas.

El renunciado general director de Carabineros, Mario Rozas, destacó la labor de la policía uniformada durante el estallido social, asegurando que gracias a ellos “hoy hay Estado de Derecho”.

Así lo señaló en entrevista con El Mercurio, en su última reaparición pública en medio del complejo escenario judicial que enfrenta, por delitos de lesa humanidad.

Pero también, Rozas deberá responder ante la Justicia por las querellas contra el alto mando por apremios ilegítimos, donde se busca establecer el nivel de conocimiento de las actuaciones policiales que tenían las más altas autoridades policiales y si hubo o no acciones para exculpar de responsabilidades a los autores, instancia en la que aún no ha declarado.

“En mi calidad de general director no voy a eludir mi comparecencia ante la autoridad respectiva y voy a aportar todos los antecedentes que me requieran”, prometió.

No obstante, para Rozas el balance es distinto, destacando la labor de la policía uniformada, pese a los informes internacionales que cifraron en 32 los fallecidos durante el estallido social, 2 mil carabineros lesionados, además de 3.400 civiles hospitalizados por diversas lesiones, de los cuales 347 resultaron con lesiones oculares.

“Hicimos hasta lo imposible; arriesgamos nuestras vidas, seguimos operando y logramos sostener la República. Por algo en las encuestas hoy hay un reconocimiento tácito a Carabineros y que se defendió la institucionalidad”, resaltó Mario Rozas.

“La Moneda y el Congreso estuvieron a punto de caer y gracias a los carabineros hoy hay Estado de Derecho. Me puedo morir tranquilo”, agregó en entrevista con el matutino.

“La verdad de a poco se ha ido imponiendo. Y creo que los carabineros que en ese momento fueron cuestionados por cumplir su tarea de restablecer el orden público quebrantado durante el estallido hoy son prenda de garantía para la estabilidad del país”, señaló.

En ese sentido, reconoció que el estallido social lo “traumatizó”, revelando que “de repente despertaba en la noche con sangre en la nariz, zumbido en los oídos, la presión 18 con 11 o con 12”.

“Ahí me di cuenta de la carga que existía; días muy largos, con noches muy cortas, en que dormía dos horas, tratando de estar. Uno no se da cuenta de las secuelas…”, agregó.

Mario Rozas: Carabineros no se refunda

Sobre las consecuencias del estallido social, Rozas apuntó que “hasta antes de irme a retiro teníamos cinco carabineros que habían perdido la visión de un ojo, con pérdida de globo ocular”.

Asimismo, aseveró que 126 carabineros recibieron impactos balísticos, 154 resultaron con fracturas, 52 con TEC. Y hubo 82 funcionarios quemados con artefactos incendiarios.

“En todo ese período, la ferocidad con que nos atacaban fue asombrosa”, dijo el exgeneral director de Carabineros.

Sin embargo, consultado por los casos emblemáticos de Fabiola Campillai y Gustavo Gatica, Rozas sostuvo que “dentro de 15 mil graves eventos de orden público se ejerció el control de las operaciones y cada vez que hubo noticia de algún abuso, de alguna extralimitación, inmediatamente el hecho se colocaba en conocimiento del Ministerio Público y se iniciaban los sumarios administrativos correspondientes”.

Recordemos que su llegada en reemplazo de Hermes Soto se dio en medio del escándalo por la muerte de Camilo Catrillanca, en 2018, cuando la institución aún no se recuperaba del golpe por el “Paco Gate”.

“Asumí el mando cuando la institución estaba atravesando una grave crisis. Hubo un remezón humano, donde el rol de guardianes de la seguridad había sido corrompido por unos pocos”, reconoció.

En esa línea, contó que el expresidente Sebastián Piñera le encargó modernizar la institución, enfatizando que -a su juicio- “una institución como esta, con más de 90 años, no se refunda”.

Mario Rozas: “Hay una deuda pendiente de quienes avalaron la violencia”

Respecto al estallido social, Rozas sostuvo que “nos sorprendieron los niveles de violencia. Como no teníamos los recursos humanos y logísticos suficientes, en algún momento fuimos sobrepasados”.

“De repente, ver la fragilidad, y como grupos organizados, planificados, atacaban la infraestructura de Santiago, fue impactante. Me llama la atención cómo nadie ha podido establecer quiénes atacaron y quemaron el Metro. Creo que hubo concierto previo; fue planificado”, estimó.

Asimismo, lanzó críticas al mundo político, enfatizando en que “hay una deuda pendiente de quienes primero avalaron la violencia, que nunca la condenaron; de quienes propiciaron la famosa Primera Línea, que fue recibida en el ex-Congreso para homenajearla”.

“Creo que por ahí debería ir la línea investigativa, para poder establecer quiénes son los responsables”, sentenció.

Así también, reveló un encuentro que sostuvo con el presidente Gabriel Boric, quien en ese entonces era diputado por Magallanes.

“En una sesión a la que me habían citado él llegó atrasado, se sube las mangas de la camisa y me dice: ‘usted dijo que a nadie iba a dar de baja aunque lo obligaran’. Pidió mi baja junto a otros diputados”, relató.

“Claro, yo había dicho esa frase arengando a los carabineros, pero la frase seguía: siempre y cuando actúen en el ámbito del derecho y de norma reglamentaria. Fue tan tenso esto, piense que pasaron tres ministros del Interior”, añadió.