El consejo del Banco Central determinó elevar en 25 puntos la Tasa de Política Monetaria (TPM). De esta forma, después de quince meses, la tasa de interés referencial sube de un 0,5 a un 0,75%. Esto, tomando en cuenta el dinamismo de la economía y el aumento de la inflación.

La TPM permanecía en su mínimo técnico desde el 31 de marzo del 2020, en el punto más álgido de la pandemia sobre los mercados, que obligó a llevar la política monetaria a su nivel más expansivo.

Uno de los mayores argumentos fue el sorpresivo desempeño de la actividad económica, que con el Imacec de mayo (18,1%) volvió a sus niveles prepandemia.

Por otra parte, la inflación total subió hasta 3,8% anual en la medición de junio. Con eso, se estima que la economía se encamina a cumplir las proyecciones del IPoM, de la mano de un alto impulso fiscal y un fuerte dinamismo del consumo. Esto genera las condiciones para una reducción del impulso monetario.

Según el economista y académico de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad Finis Terrae, Nicolás Hardy, era una decisión previsible, también considerando el escenario externo, dólar y petróleo.

Algunos dicen que falta información, sobre todo considerando que la inflación podría ser transitoria.

El economista y académico de la Universidad de Chile, Alejandro Alarcón, dice que la tendencia obligaba a un ajuste y que la recuperación va a empezar cuando la inversión empiece a tener un ritmo más vigoroso.

Hacia adelante, el Banco Central dice que los futuros ajustes de la TPM serán evaluados de acuerdo a la evolución de la economía. El mercado incluso espera llegar a 1,5% hacia diciembre de este año.

Sebastián Díaz, analista macroeconómico de Pacífico Research, dice que el supuesto clave es que la economía se va a seguir recuperando de la mano del consumo, donde las transferencias desde el Gobierno serán determinantes.

“El mercado laboral sigue afectado por un conjunto de fuerzas contrapuestas. Así, mientras la ocupación total se encuentra aún lejos de los niveles previos a la pandemia y la tasa de desocupación se mantiene en torno al 10%, los registros administrativos revelan una recuperación del empleo asalariado formal, las vacantes se elevan significativamente y se observa un mayor crecimiento anual del índice de remuneraciones”, afirma el Banco Central.