El Consejo de la Gran Logia de Chile se ha referido a la crisis que ha provocado la pandemia por coronavirus (Covid-19) en las últimas semanas, luego de reunirse por teleconferencia el pasado 18 de abril.

Por medio de una declaración, el Gran Maestro Sebastián Jans Pérez ha expresado su convicción de que el país saldrá más fortalecido de esta crisis, si es que todos se ayudan unos a otros

“La masonería, como institución ética y humanista, pone al centro de toda su acción al ser humano sin distingos de ninguna naturaleza, y llama a vivir este tiempo de crisis, provocada por el Covid-19, con responsabilidad y compromiso con el bien común, para superarla y construir un mejor futuro”, comienza diciendo.

“Hemos aprendido que lo que hagamos o lo que hagan los demás es trascendente para todos, y que cuidarnos es también cuidar a nuestros vecinos y a todos quienes viven en nuestro país; de ese modo, la pandemia nos ha reafirmado el valor de vivir en comunidad y la importancia de tener instituciones sociales y políticas sólidas, que protejan el bien común. Sobre todo, esta crisis nos vuelve a enseñar la práctica de la solidaridad y la fraternidad, y nos invita a mirarnos y valorarnos como hermanos”, afirma más adelante.

Además, Jans Pérez añade que “sostenemos que cada decisión que toman las autoridades, los profesionales de la salud, las distintas instituciones y cada uno de los ciudadanos, debe sustentarse en consideraciones éticas sobre la vida en todas sus dimensiones, y así debe ser hasta el retorno pleno de las actividades, e incluso hasta después que la pandemia sea superada”.

Igualmente, llama a ser más solidarios con el resto para superar la emergencia. “Estamos conscientes que vendrán tiempos más difíciles; frente a lo cual pedimos más solidaridad y más humanismo, y a nuestras autoridades el mayor sentido de urgencia. Es un deber humanitario de las personas, sobre todo de los que tienen más, y del Estado, apoyar a quienes enfrenten necesidades apremiantes tan vitales como la salud”.

“Chile saldrá necesariamente mejor, como resultado de muchos sacrificios, en tanto privilegiemos la ética de la solidaridad y el humanismo”, concluye.

A continuación leer la declaración completa de Sebastián Jans Pérez, Gran Maestro de la Gran Logia de Chile:

Reunido el Consejo de la Gran Logia de Chile a través de teleconferencia, el pasado 18 de abril, acordó declarar públicamente lo siguiente:

La masonería, como institución ética y humanista, pone al centro de toda su acción al ser humano sin distingos de ninguna naturaleza, y llama a vivir este tiempo de crisis, provocada por el Covid-19, con responsabilidad y compromiso con el bien común, para superarla y construir un mejor futuro. Coherente con ello, apenas se declaró la Fase 4 por la autoridad sanitaria, todas las actividades masónicas presenciales, que son la esencia de nuestra vida institucional, han quedado suspendidas hasta junio próximo.

En este ambiente de incertidumbre, sostenemos que cada decisión que toman las autoridades, los profesionales de la salud, las distintas instituciones y cada uno de los ciudadanos, debe sustentarse en consideraciones éticas sobre la vida en todas sus dimensiones, y así debe ser hasta el retorno pleno de las actividades, e incluso hasta después que la pandemia sea superada, cuando hagamos un recuento de lo aprendido, con especial énfasis en el imperativo de terminar con las desigualdades y debamos implementar cambios profundos en nuestra estructura social y el modelo de desarrollo, de acuerdo a las aspiraciones mayoritarias de los chilenos, conocidas en los meses precedentes.

Nuestro país ha enfrentado la crisis sanitaria arrastrando una profunda fractura social, cuyas implicancias se manifiestan desde una desconfianza generalizada, hasta expresiones de polarización e intolerancia. Es nuestra convicción que el impacto y efectos de la pandemia, que afecta a la Humanidad, establece la exigencia de un comportamiento acorde con las mejores convicciones éticas y el compromiso humanista, y de decisiones sustentadas en el debate racional y en el uso del conocimiento científico.

El coronavirus nos ha mostrado en toda su crudeza la fragilidad de la vida. Hemos aprendido que lo que hagamos o lo que hagan los demás es trascendente para todos, y que cuidarnos es también cuidar a nuestros vecinos y a todos quienes viven en nuestro país; de ese modo, la pandemia nos ha reafirmado el valor de vivir en comunidad y la importancia de tener instituciones sociales y políticas sólidas, que protejan el bien común. Sobre todo, esta crisis nos vuelve a enseñar la práctica de la solidaridad y la fraternidad, y nos invita a mirarnos y valorarnos como hermanos.

La Masonería, como institución ética y humanista, pone al centro de toda su acción a la condición humana, considerando que la vida en sociedad es una cualidad esencial para alcanzar el bien común. Ese bien común tiene las urgencias de hoy y los compromisos para el mañana, en torno a construir una sociedad menos desigual, que entregue proyecciones, certezas y esperanzas. Todos los hombres y mujeres de nuestro país deben ser objeto de nuestra preocupación y muy especialmente de parte del Estado, y nadie debe sufrir rigores, mientras exista una forma de mitigarlos a través de políticas públicas activas, sustentadas en una profunda ética cívica.

Muchas mujeres y hombres nos han dado una lección de valor y patriotismo en estos difíciles momentos, permitiendo que nuestro país siga funcionando. A todos ellos, la Masonería les rinde un sentido homenaje, destacando de manera especial a los profesionales de la salud, quienes enfrentan directamente el riesgo de contagio y son los responsables del alivio de los enfermos. Rinde homenaje a las instituciones que han cumplido su rol esencial de protegernos con abnegación. Rinde homenaje a la ciudadanía toda, que en una inmensa mayoría ha tenido un comportamiento ejemplar. Con especial respeto, manifestamos a todos los familiares de los fallecidos nuestro más profundo pesar y compartido dolor.

Estamos conscientes que vendrán tiempos más difíciles; frente a lo cual pedimos más solidaridad y más humanismo, y a nuestras autoridades el mayor sentido de urgencia. Es un deber humanitario de las personas, sobre todo de los que tienen más, y del Estado, apoyar a quienes enfrenten necesidades apremiantes tan vitales como la salud; un apoyo que no debe terminar hasta que podamos devolver su dignidad a todos quienes están o estarán afectados.

Chile saldrá necesariamente mejor, como resultado de muchos sacrificios, en tanto privilegiemos la ética de la solidaridad y el humanismo. No debemos olvidar la lección aprendida en muchas circunstancias de crisis, que Chile ha enfrentado como consecuencia de graves catástrofes, y que debe convocarnos en el día a día: juntos nos cuidamos y juntos nos levantaremos.

Sebastián Jans Pérez

Gran Maestro