Mediante una videoconferencia, los ministros de Relaciones Exteriores y de Salud, Teodoro Ribera y Jaime Mañalich, destensionaron las relaciones con sus pares argentinos, Felipe Solá y Ginés González, luego de las polémicas causadas por las comparaciones entre ambos países sobre el manejo de la pandemia de Covid-19.

Los cuatro participantes abordaron temas de cooperación bilateral y compartieron datos y estrategias que han resultado significativas para las políticas públicas de cada país en el combate contra el avance del coronavirus Sars-CoV-2.

“Fue una reunión técnica de alto nivel, donde se intercambiaron análisis técnicos, estadísticos, y finalmente decisiones políticas que los países van asumiendo para combatir el coronavirus”, explicó, argumentando que “hoy nadie sabe a ciencia cierta cómo debemos combatir el coronavirus; hoy día vamos a través de acierto y error aproximándonos a mejores decisiones, y por lo tanto compartir los conocimientos de otros Estados que aplican soluciones distintas o similares es muy conveniente”.

De esta forma, destacó que “compartimos con Argentina más de 4 mil kilómetros de frontera, y por tanto está claro que Chile no va a poder controlar el coronavirus si eso también no lo hacen Argentina, Perú y Bolivia. En definitiva, el control del coronavirus no es un tema estatal, sino que es necesariamente un combate universal”.

“No hay fronteras que paren el virus”

El inicio del encuentro, Ribera expresó que “creo que estos son los momentos de mayor colaboración. Los países, más que estar en competencia, deben de colaborar, porque esta no es una crisis de Estados; esta es una crisis universal”.

“No hay fronteras que paren el virus y, por tanto, no existe una salvación individual. A un país le puede ir espectacularmente bien, pero si a los vecinos no les está yendo bien, igual le va a tocar asumir parte del problema”, sostuvo.

Argumentó que el caso de Chile y Argentina es particularmente desafiante por cuanto “compartimos una extensa frontera y, por tanto, creo que es muy relevante que podamos intercambiar información, podamos intercambiar conocimiento sobre las políticas públicas que aplicamos y ver cómo nos está yendo”.

“Uno que viene desde la academia, ve cada país como un laboratorio distinto y lo que sería muy importante es saber lo que hace uno o el otro; que los conceptos que utilicemos sean equivalentes para poder hacer estudios comparados; ver el impacto que tiene esto, etc”, sostuvo Ribera.