Debido a un comunicado entregado por la Congregación de los Sagrados Corazones donde descartaban verosimilitud de testimonios en un proceso legal que se lleva en contra de Gerardo Joannon, Juan Andrés Peretiatkowicz y Jorge Prieto, los denunciantes junto con su abogada presentaron reparos.

En el texto, firmado por los denunciantes Carolina Marín y Felipe Vial, además de su abogada Bárbara Salinas, se sostiene que “la Iglesia Católica habla de verdad, reparación y justicia respecto de una investigación encargada por la propia Congregación”.

Del mismo modo, explican que “se trata de una indagatoria de parte, con todas las observaciones que se pueden hacer en tanto se ha faltado al debido proceso, el que no puede estar ajeno a la Iglesia Católica, más aún, cuando se trata de los hechos y delitos más graves que sanciona la comunidad y la sociedad”.

En el documento sostienen que si bien se reconocen los abusos de Peretiatkowicz y Prieto, “se concluye, bajo una argumentación bastante débil y confusa, que el sacerdote Joannon no habría cometido ninguno de los hechos denunciados por Carolina Marín, en una investigación que hasta el día de hoy desconocemos íntegramente”.

Sobre Carolina Marín

En el texto se sostiene que “salta a la vista la debilidad de la argumentación, pues se señala que respecto del sacerdote Joannon, los hechos denunciados no coinciden con el modo y costumbres del proceder en el trabajo pastoral del ciclo básico, aludiendo, además, que a esa fecha eran otros los sacerdotes encargados de dicha función”.

Debido a esto, los denunciantes sostienen que “la comunidad y sociedad deben saber que el sacerdote Joannon no necesitaba estar a cargo de un ciclo escolar específico para que las denuncias de Carolina Marín sean verosímiles, pues Gerardo Joannon era uno de los sacerdotes que apoyaban las actividades del colegio, e incluso oficiaba de guía espiritual de las alumnas”.

Además, se explica que “era común y aceptado por los encargados del colegio que Joannon entrara a las salas de clases a ‘retirar’ alumnas para confesarlas o darles guía espiritual, todo ello a vista y paciencia de los profesores, sacerdotes y monjas del colegio”.

El argumento dado por la referida investigación, según cuentan, “no se sostiene por la simple lógica: Gerardo Joannon no necesitaba permiso alguno, horarios o autorización especial para circular por el colegio y, en consecuencia, haber abusado de Carolina Marín”.

Sobre Felipe Vial

En el documento se explica que sucede algo similar con “las denuncias formuladas por Felipe Vial, en cuanto a la falta al debido proceso, pues en su caso durante la investigación no le fueron tomadas declaraciones de sus testigos, que eran al menos 6 personas”.

Asimismo, sostienen que “es evidente la falta de credibilidad de dicha investigación preliminar, pues curiosamente se reconocen los abusos de dos sacerdotes – uno fallecido y el otro aparentemente delicado de salud – y precisamente respecto de aquel que sí estaría en condiciones de enfrentar la justicia, sea canónica y/o civil, bajo una débil argumentación termine siendo exonerado de responsabilidad”.

Finalizan el texto invitando a la ciudadanía y a la opinión pública a poner atención a estos hechos.