Tras la salida del obispo auxiliar de Santiago, Carlos Irarrázaval, a sólo 24 días desde su nombramiento y sin siquiera la ordenación eclesial, el sacerdote continuará como párroco de El Bosque, la misma iglesia que llevó Fernando Karadima.

Ante el anuncio, el vocero de la Red de Sobrevivientes de Abusos Eclesiásticos, Helmut Kramer, afirmó que Irarrázaval representa a una iglesia sumamente cuestionada: “Bastión del patriarcado, bastión del abuso, bastión del encubrimiento”.

“La iglesia deambula sin saber qué hacer”, recalcó.

Las polémicas intervenciones en los medios de comunicación le costaron la salida al sacerdote, quien a través de un video explicó las razones y ofreció disculpas nuevamente por sus dichos.

“En la última cena no había ninguna mujer sentada en la mesa, y eso tenemos que respetar también”, fue uno de ellos.

Su salida también la valoró el vocero de los laicos de Santiago, Osvaldo Aravena, quien a su vez emplazó al nuncio Ivo Scapolo a dar explicaciones por la recomendación.

Nuevas acusaciones

Paralelamente, hay nuevas acusaciones en contra de un sacerdote salesiano. Se trata de Diego Muñoz Fuentes, acusado de abusos sexuales contra un menor de edad en el Colegio Salesianos de Concepción, en hechos ocurridos entre el 2007 y 2008.

Por este caso se abrió una investigación canónica que duró apenas un mes en 2015. Por ello, su denunciante, Diego Díaz, interpuso una demanda en la Fiscalía, el pasado 6 de marzo.

Además apunta como encubridor al sacerdote David Albornoz y reclamó a los salesianos por no ofrecer ayuda de ningún tipo.