La Red de Sobrevivientes de Abusos Eclesiásticos aseguró que las víctimas continuarán exigiendo a la Iglesia que colabore con la justicia, luego que el presidente de la Conferencia Episcopal de Alemania admitiera que se borraron archivos sobre delitos sexuales al interior de la Iglesia.
El papa Francisco se comprometió este domingo a combatir todos los casos de abuso sexual en la Iglesia con la “máxima seriedad”, en el último día de la histórica cumbre contra la pederastia en la institución religiosa.
En un largo discurso, el pontífice argentino comparó la “plaga” de los abusos sexuales a menores con las prácticas paganas del pasado de “ofrecer seres humanos” y reconoció que se trata de un problema “universal y transversal que desgraciadamente se verifica en casi todas partes”, dijo.
“Quisiera reafirmar con claridad: si en la Iglesia se descubre incluso un solo caso de abuso, que representa ya en sí mismo una monstruosidad, ese caso será afrontado con la máxima seriedad”, afirmó ante los líderes de las 114 conferencias episcopales de todo el mundo, secretarios de congregaciones, obispos y cardenales, reunidos en la Sala Regia del Vaticano.
El pontífice, que el jueves al abrir los tres días de debates prometió “medidas concretas y eficaces”, anunció que la jerarquía de la Iglesia aplicará las estrategias de las organizaciones internacionales, entre ellas la ONU y la Organización Mundial de la Salud (OMS), para erradicar la pederastia “de la faz de la tierra”.
“Vamos a tomar todas las medidas posibles para que tales crímenes no se repitan. Que la Iglesia vuelva ser creíble y confiable”, clamó una hora después durante el Ángelus en la plaza de San Pedro y aclaró que colaborarán con la justicia de todos los países, “sin encubrirlos o subestimarlos”.
No obstante, la cumbre estuvo marcada por la revelación del influyente cardenal alemán Reinhard Marx, quien reconoció que la Iglesia católica destruyó archivos sobre los autores de abusos sexuales.
“Los archivos que hubieran podido documentar estos actos terribles e indicar el nombre de los responsables fueron destruidos o incluso no se llegaron a crear”, declaró el presidente de la Conferencia Episcopal Alemana.
La dura denuncia del purpurado generó la inmediata reacción de una de las organizaciones de defensa de las víctimas de curas pederastas presentes en Roma para la ocasión.
El influyente cardenal instó por último a la jerarquía eclesiástica a “dar un paso valiente” hacia “la trazabilidad y la transparencia” no sólo en los casos de abusos sexuales sino también en “el sector financiero”, otro tema candente para la Iglesia acusada de oscuras finanzas y misteriosos despidos.
El historiador de la Iglesia, Marcial Sánchez, reaccionó con duras criticas a los sacerdotes, señalando que la Iglesia confundía la hermandad con el silencio y agregó que la institución comenzó a caer como un “castillo de naipes”.
“Lamentablemente la Iglesia confundía lo que era la hermandad interna, de acuerdo con los silencios culposos. Hubo varios sacerdotes y varios obispos que ocultaron esta información y otros destruyeron esta información. Esta iglesia de perfección se les comenzó a caer, es un verdadero castillo de naipes en este tema y en otros”, aseguró.
Hernán Godoy, denunciante del exsacerdote Francisco José Cox, aseguró que ve una Iglesia más abierta a tomar soluciones concretas ante los abusos sexuales y llamó al papa Francisco a “barrer con toda la basura”.
“Veo a una Iglesia más abierta, más conciente de tomar decisiones acerca de todo este montón de abusos que han ocurrido dentro de ella. El mensaje mío es pedirle al papa Francisco que de una vez tome una escoba bien grande y pueda barrer con toda esta basura”, señaló.
La vocera de la Red Nacional de Laicos, Carol Crisosto, valoró que el sacerdote alemán haya admitido la eliminación de importantes archivos, asegurando que en Chile muchos obispos no quieren admitir los delitos sexuales ocurridos al interior de la Iglesia.
“Creo que es muy positivo que este cardenal alemán haya reconocido esta clase de delitos. Es un gran avance, porque también pasó en Chile. Aquí muchos obispos chilenos siguen negando una realidad, y negar esa realidad es seguir encubriendo, es seguir enterrando el abuso”, concluyó.