El registro de un carrete “zorrón” para Fiestas Patrias causó indignación en redes sociales, puesto que se aprecia como destruyen una casa de Pichidangui, en la región de Coquimbo.

En el video se ve un grupo de jóvenes en el exterior del domicilio, en ambiente festivo, con música fuerte de fondo. Dos de ellos golpeando y destruyendo la puerta con un tronco, mientras el resto celebraba con la situación.

Cuando logran realizar un agujero en el medio, uno de ellos introduce la mano y la abre, entre los vítores de sus acompañantes.

En conversación con el matinal de TVN, Muy Buenos Días, la dueña del inmueble lamentó los hechos y afirmó que “nunca en mi vida alguien me había entregado la casa en ese deplorable estado. No se podía entrar”.

“Los condones andaban en todas las piezas tirados. Me echaron abajo las lámparas, me quebraron todo. Cuando la vi, mi casa, lloré”, añadió.

En el mismo programa contactaron a uno de los jóvenes que aparece en el video destruyendo la puerta, quien se identificó como Agustín, un estudiante de Ingeniería. Afirmó que no se quedaba en ese lugar, sino que fue para ayudar a unos conocidos de su ex colegio, a quienes se les quedaron las llaves adentro.

“Nosotros tratábamos de empujarla, intentábamos y no se podía. Encontré ese tronco, que aparece en el video y así entramos. Fue como último recurso”, aseguró, añadiendo que “no sacábamos nada con no ayudarlos. Les pregunté si se harían responsables”.

Junto con ello, afirmó que depositó 60 mil pesos a la dueña de la casa, pero que sólo pagó porque sintió “vergüenza”, ya que no era su responsabilidad. “Estamos muy arrepentidos de lo que hicimos”, señaló.

Asimismo, otro video se viralizó, el cual -en un contexto similar- muestra el interior de un domicilio, con todas las paredes destruidas, llena de agujeros. Agustín aseguró que no fue parte de eso y que incluso podría ser en otro lugar.

“Un zorrón es alguien de entre 15 y 35 años que tiene poder adquisitivo para hacer lo que quiera, cuando quiera y básicamente sabe cómo y cuándo quiere pasarlo bien. No le importan las reglas ni lo que le digan los demás, él tiene el poder y nada le es imposible porque tiene un respaldo económico que le permite hacer cualquier cosa”, detallaba un autodenominado “zorrón” en entrevista con La Tercera.