“Trabaja gratis para el Estado. Dedica más de ocho horas diarias como jefe de gabinete, asesor comunicacional, político, gestionador de crisis, chofer, guardia personal y masajista”. Así se refirió Pamela Jiles a la relación sentimental con su asesor y conviviente, el periodista Pablo Maltés, quien trabaja ad honorem en el Congreso Nacional.

La diputada humanista agregó que “no es una tarea fácil”. Para esta labor le pidió a Maltés que renunciara a su carrera y a su sueldo, argumentando que le parece “razonablemente competente como pareja, pero imprescindible como asesor”, expresó en una entrevista para La Segunda.

La normativa del Consejo Resolutivo de Asignaciones Parlamentarias establece que está prohibida la contratación de familiares de los congresistas, ya sea en calidad de hijos (biológicos o adoptados), cónyuge, conviviente civil o parentela hasta el tercer grado de consanguinidad.

En el caso de Pamela Jiles, ella y Maltés son convivientes de hecho, ya que no están acogidos al Acuerdo de Unión Civil (AUC). Al respecto, Rodrigo Mora, exencargado de Transparencia de la Segpres, explicó que en la interpretación del derecho estricto “no hay incompatibilidad” para ejercer dicha labor.

Profundizando, el abogado Luis Cordero, experto en derecho administrativo, explica que las parejas con AUC no se acogen a la ley de probidad de 1999 y que si no hay pago, no hay impedimento. No obstante, sólo hace 6 años comenzaron a regularse estas situaciones, ante la aparición de ciertos casos en los medios.

Otras parejas del Congreso Nacional

El caso de Pamela Jiles se acerca los ocurridos en 2002, 2012 y 2015. El primero ocurrió cuando el senador Jaime Naranjo tuvo que reconocer que había trabajado en “temas puntuales” con su esposa, Beatriz Orellana.

En el segundo caso, Alberto Robles, exdiputado del PRSD, solicitó a la comisión de Ética, autorizar la contratación de su pareja, Carola Álvarez, con quien ya trabajaba mientras no estaban casados. La comisión decidió en forma unánime desestimar la petición.

El último corresponde al independiente René Saffirio (entonces en la DC). El parlamentario tuvo que explicar la evolución de su relación con su exasesora, que comenzó cuando ya trabajaban juntos. Saffirio confirmó con la comisión que no existían conflictos éticos al no convivir con ella y no haber confusión patrimonial. Sin embargo, al terminar la asesoría, se casaron.

Cabe señalar que Pablo Maltés ni siquiera figura en la nómina de trabajadores de Jiles. Entre los 20 diputados del Frente Amplio, Maltés es el único jefe de gabinete que no está en los registros.