Representantes de las estudiantes que se tomaron la Casa Central de la Pontificia Universidad Católica, ratificaron la medida de presión acusando casos de abusos y violencia machista.

A través de un comunicado de prensa que leyeron en las afueras del edificio, las manifestantes aseguraron que mantendrán la medida de presión de manera indefinida, luego de no llegar a acuerdo en una reunión con el rector Ignacio Sánchez.

La idea de las autoridades universitarias habían planteado que la toma se mantuviera sólo durante el fin de semana.

Incluso, el rector Sánchez no descartó el desalojo en caso que las alumnas mantuvieran la medida de presión en la Casa Central.

“Como Asamblea de Mujeres y Disidentas de la UC, estamos abiertas al diálogo y a las conversaciones para poder avanzar en las demandas de nuestro petitorio”, señalaron.

Pero además, sumaron a sus demandas a las trabajadoras subcontratadas del plantel de estudios superiores.

Por otro lado, acusaron amenazas, maltratos e intimidaciones por parte de estudiantes que están en contra de la movilización. En ese sentido, repudiaron las supuestas difamaciones que buscan “deslegitimar nuestras demandas”.

David Valenzuela | RBB
David Valenzuela | RBB

El jueves pasado, las alumnas presentaron un petitorio de 18 puntos que incluye la creación de un protocolo en la Universidad que reguarde a las estudiantes frente a casos de violencia machista; avanzar en una educación no sexista; ramos con enfoque de género, entre otras.

Destacar que la presidenta del Centro de Estudiantes de la carrera de Derecho, Magdalena Lira, planteó que esperan que se deponga la toma de manera de avanzar “en un ambiente de paz y dialogante” para que la Universidad Católica sea justa para los alumnos.

Quienes se han definido también como la disidencia a la movilización, criticaron la toma del recinto. Así lo planteó Javiera Rodríguez, vocera de los estudiantes, quien reconoció que si bien la casa de estudios debe avanzar en temas de género, la toma no es la forma para lograrlo.