El jueves se publicó en el Diario Oficial la nueva ley de convivencia de medios de transporte, que busca implementar cambios para fomentar la convivencia vial en las calles.

Y a partir del 10 de noviembre, 6 meses después de su publicación, entrará en vigencia -entre otras cosas- un importante cambio práctico en el tránsito de vehículos: “Los conductores de ciclos, motocicletas o motonetas podrán sobrepasar por la misma pista a otros vehículos, por cualquiera de los costados de éstos, para alcanzar la línea de detención o la línea de detención adelantada, según corresponda. Esta maniobra deberá efectuarse a una velocidad moderada, tomando las precauciones necesarias para realizarla con seguridad y siempre que los vehículos a los que se sobrepase se encuentren detenidos”, explica el texto.

Según explicó a BioBioChile el secretario ejecutivo de la Conaset, Luis Alberto Stuven, dicha implementación permitirá a esos vehículos más vulnerables hacerse más visibles frente a los de mayor tamaño como autos, camionetas, buses y camiones.

“Se produce un beneficio en cuanto a la seguridad, es primero un tema de visibilidad, porque tienen una capacidad de reacción -al inicio- mayor a la de los autos”, aseguró. Y más allá, admitió que también, de paso, entregará agilidad al tráfico de motocicletas.

“Viene a regular algo que es una realidad” y que antes era una infracción de tránsito, añadió.

Asimismo, otro de los puntos clave tiene relación con los cambios en el movimiento de bicicletas. Si bien la Ley de Tránsito desde 1985 prohíbe que las bicicletas usen las veredas, a partir de la nueva normativa se establecerán 3 excepciones que sí lo permitirán: 1) Niños menores de 7 años acompañados por un adulto; 2) Niños menores de 14 años solos; y 3) Adultos mayores y personas con movilidad reducida.

A ello se suma que los vehículos motorizados deberán dejar una distancia de 1,5 metros cuando realicen la maniobra respectiva para adelantar a un ciclista.

Ley incompleta

Pero al cierre de su paso por el Congreso, la ley tuvo un recorte que quitó uno de sus aspectos centrales y que le daba coherencia al aumento del estándar de seguridad que plantea todo lo anterior: la reducción del límite de velocidad en zonas urbanas desde los 60km/h a 50km/h.

“Mientras no morigeremos los excesos de velocidad que se dan en nuestro país, esta ley de convivencia no va a estar completa”, remarcó Alberto Escobar, director de la Unidad de Estudios del Automóvil Club de Chile.

Una posición que compartió Stuven, sobre todo considerando que algunos conductores de autos esgrimen que no existe mayor diferencia entre circular a 50 ó 60km/h: “Cuando impactas a una persona, como un ciclista o a un peatón, son muy diferentes las consecuencias que pueden tener”, recalcó.

Por ello, un grupo de senadores de centroizquierda reimpulsó una ley corta para insistir en implementar esa limitación, lo que semanas más tarde fue respaldado por el Ejecutivo.

Pero para el Gobierno también es necesario concretar otro proyecto para controlar y fiscalizar adecuadamente los excesos de velocidad a través de un nuevo Centro Automatizado de Tratamiento de Infracciones (CATI), donde lo que se busca es implementar dispositivos de control de velocidad bien señalizados y en sitios estratégicos en los que se registre un alto número de accidentes ligados al exceso de velocidad.

Lo anterior, más aún considerando que el conductor chileno es el más agresivo de Latinoamérica y el que registra la tasa de atropellos más alta de la OCDE.