Un movimiento de centro, humanista cristiano, que no se va a acercar a la derecha, sino que se planteará como oposición al actual gobierno. Así se resume el nuevo referente político que este jueves presentó la exministra Soledad Alvear junto a un grupo de jóvenes, en su casa, tras renunciar a la Democracia Cristiana.

Alvear negó contribuir a destruir al partido, como lo planteó el exsenador Andrés Zaldívar, y dijo que en ningún momento ha instado a los militantes DC a renunciar a la colectividad.

En la DC la mayoría se ha remitido a desearle éxito, pese a que no comparten la creación de movimientos políticos. La presidenta interina de la DC, Myriam Verdugo, ya ha manifestado que para ella crear movimientos o partidos ha fraccionado a la política, lo que no ayuda a mejorarla.

Similar a lo que piensa la diputada Johanna Pérez, que integra la lista de Fuad Chahín en la elección interna, quien enfatizó que lo que importa -más allá de quiénes abandonen el partido- es cómo recuperar la confianza e identidad de la colectividad.

En medio de las renuncias a la DC, el senador de Renovación Nacional, Francisco Chahuán, instó a Alvear y su esposo Gutenberg Martínez -que también abandonó el partido- a sumarse a la Federación Social Cristiana, donde ya hay antiguos militantes como Mariana Aylwin y otros que aún se mantienen en la Democracia Cristiana.

Aunque por ahora Alvear descartó acoger dicha invitación.

De hecho, puso sobre la mesa dos definiciones clave: no pactarán con la derecha. Ni siquiera con el movimiento de Mariana Aylwin.