A casi 10 mil millones de pesos asciende la deuda que han registrado los hospitales autogestionados y Servicios de Salud a nivel nacional, en los últimos 5 años. Según datos obtenidos vía Transparencia, en el “top ten” se ubican cuatro recintos de la región Metropolitana, dos de la región de Valparaíso, y los establecimientos asistenciales de Concepción, Temuco, Talca y Rancagua, es decir, las principales ciudades del país.
No es un misterio los problemas con las listas de espera, la falta de médicos especialistas y la deuda hospitalaria, situaciones con las que las autoridades han lidiado, y seguramente, continuarán tratando de solucionar.
Un informe del Departamento de Calidad y Formación de la Subsecretaría de Redes Asistenciales del Ministerio de Salud, de octubre de 2014, señalaba que a esa fecha se necesitaban 3.795 médicos especialistas y subespecialistas para lograr dar una cobertura adecuada a la población, según un reportaje de Ciper Chile.
Por lo mismo, el Gobierno decidió contratar a 33 mil horas médicas de especialistas, como parte de las primeras medidas prometidas por la presidenta Michelle Bachelet tras su retorno a La Moneda. No obstante, sólo se alcanzó a 17.187 horas.
La falta de horas médicas disponibles en el sector público, ha generado la contratación de especialistas bajo la modalidad de honorarios para que continúen ejerciendo sus funciones en otros horarios.
Dicho de otra forma, un médico que trabaja hasta mediodía por contrato con el hospital, sigue atendiendo durante la tarde y la noche, inclusive, pero cobrando como un privado.
A esto hay que sumar a las clínicas privadas, que absorben gran parte de los pacientes que no pueden ser atenidos en el sistema público. Según la Memoria de Clínicas de Chile de 2015, atendieron a 5,23 millones de usuarios de Fonasa en 2014.
Y mientras unos se benefician, otros -como los recintos hospitalarios autogestionados- siguen sumando deudas millonarias que en algunos casos, como el hospital San José, llegan casi a los 600 millones de pesos en los últimos 5 años.
Al sumar la deuda de los hospitales autogestionados y las de cada uno de los Servicios de Salud a nivel nacional, el monto se eleva casi a los 10 mil millones de pesos ($9.909.504.158).
Considerando que un recinto asistencial de salud primaria cuesta 6 mil millones, según estimaciones del Minsal, fácilmente la deuda serviría para construir un consultorio nuevo.
Las razones de la deuda
Según una presentación de la subsecretaria de Redes Asistenciales, Gisela Alarcón, ante la Cámara de Diputados en abril de 2016, las razones tienen que ver con distintos factores, tanto estructurales, como de gestión institucional.
Entre las causas, de acuerdo a la autoridad de Salud, están los cambios demográficos, en otras palabras, el envejecimiento de la población. Esto, obviamente, va a significar un aumento en las atenciones.
Pero además, se deben sumar los cambios epidemiológicos, con nuevas enfermedades y “más caras” para tratar; junto a la “presión asistencial”, con una población más empoderada que exige su derecho a ser atendido.
Por otro lado, respecto a la gestión institucional, destacan los tipos y modalidades de compra o licitación de servicios, los bonos a los funcionarios, y la gestión clínica y administrativa de los distintos establecimientos de salud.
Al respecto, un detallado informe de la Dirección de Presupuestos titulado Sobregasto Operacional y Deuda del Sistema Nacional de Servicios de Salud, realizado por un grupo de expertos en el área, elaborado en octubre de 2016, hizo un acabado análisis de la situación hospitalaria en nuestro país.
Entre sus principales conclusiones, el documento apuntó a que los mayores gastos son los relativos a “personal”, es decir, pago de honorarios, y “bienes y servicios de consumo”.
De acuerdo al estudio, la deuda hospitalaria se genera fundamentalmente por el no pago a los proveedores, para privilegiar las remuneraciones. Dicho de otro modo, prefieren dejar pendientes pagos por servicios y no dejar sin sueldos a los funcionarios.
Esto último, por el “sobre uso” de contrataciones a honorarios, no sólo por reemplazos por funcionarios con licencia médica o por vacaciones. Lo cierto es que es posible encontrar profesionales realizando labores prácticamente de “planta” por años, y contratados a honorarios.
Respecto al pago de servicios, destaca el gasto por la compra de productos farmacológicos, con más del 30% del presupuesto, y la compra de prestaciones a privados, cercano al 11%.
Gasto público en Salud
No obstante, esta situación no es algo nuevo. Es una problemática que se ha arrastrado desde hace años, y que podría haberse originado a partir del gasto público en salud.
Y es que las cifras oficiales muestran la distancia de Chile respecto de otros países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), evidenciada hace al menos cuatro años.
Según datos de la Subsecretaría de Redes Asistenciales, Chile destinaba un 3,4% del PIB en 2013, mientras que el promedio de la OCDE llega al 6,5%, que tiene a otros miembros, como Países Bajos, con un porcentaje de 9,7%.
Estas diferencias se hacen más notorias si se compara el gasto per cápita en la atención hospitalaria en 2011, donde Chile aparece en los últimos lugares con 200 dólares, unos $120 mil pesos, muy lejos del promedio de la OCDE de 1.000 dólares, unos $600 mil, y qué decir del primero, Noruega, con 1.650 dólares, es decir, más de un millón de pesos.
Revisa a continuación el listado de los 10 hospitales más endeudados en los últimos 5 años: