Golpeado por “nocaut”, el rockero argentino Gustavo Cordera (54) pidió perdón este miércoles, una semana después de ganarse el repudio general en Argentina al afirmar que “hay mujeres que necesitan ser violadas” y alentar el sexo con menores, dichos que le costaron dos denuncias por apología al delito.
El exvocalista de la banda Bersuit Vergarabat, también anunció en su carta pública que para “sanarse” debe “transitar este brutal dolor” y para ello decidió “detener la marcha y tomar distancia por un largo tiempo, suspender todos los conciertos” previsto próximamente.
Cordera afirma que la semana pasada se prestó a un juego de provocación al ser invitado a una práctica de conferencia de prensa ‘off the record’ con estudiantes de periodismo en una escuela en Buenos Aires.
Ante los estudiantes calificó de “aberración” la ley que no permite tener sexo con adolescentes y afirmó que “hay mujeres que necesitan ser violadas para tener sexo porque son histéricas y sienten culpa por no poder tener sexo libremente”.
Sus palabras molestaron a uno de los alumnos presentes que decidió exponerlo en su Facebook y en cuestión de horas se viralizó desatando un alud de repudio, entre ellos dos cancelaciones de conciertos por parte de los empresarios.
Además debe afrontar dos denuncias, una de ellas por parte del ente gubernamental Consejo Nacional de las Mujeres, por apología del delito, “instigación a cometer delito”, “incitación a la violencia colectiva”, y violar una ley antidiscriminatoria.
“Traicioné a mi persona que repudia toda clase de violación y ofendí al universo de la mujer, que es lo que menos hubiera querido hacer. Y para colmo, después de ver lo que había provocado, salí a defenderme torpemente como un boxeador que tira golpes erráticos mientras cae después de un inevitable nocaut”, admitió.
Tras reconocer que transgredió un límite por lo cual se siente “profundamente arrepentido“, Cordera dice haberse dado cuenta que las críticas eran a sus dichos, más que ataques a su persona.
“No me sirve condenar, ni victimizarme, ni explicar, ni justificar como respuesta. Y el perdón es lo único que puede curarme a mí y creo que a todos“, dijo el intérprete de éxitos que cruzaron fronteras en América Latina en los años 1990 como “El tiempo no para” y “Se viene”.
El músico pidió “que nadie pelee más en mi nombre. Y a quienes quieran encontrarme, búsquenme en las canciones, que ahí está mi corazón”.