El volcán que entró en erupción en la isla de White Island es todavía demasiado peligroso para permitir el envío de socorristas que recuperen los cuerpos de nueve personas en el lugar, explicó este miércoles la policía neozelandesa.

La erupción el lunes en esta isla muy turística en el norte de nueva Zelanda dejó ocho muertos, según un nuevo balance oficial.

Nueve personas siguen desaparecidas, probablemente muertas: siete australianos y dos neozelandeses, según un nuevo recuento del miércoles de la policía, que hasta ahora daba cuenta de ocho desaparecidos.

Sus cuerpos seguirían en la isla, pero las condiciones el miércoles eran aún demasiado peligrosas para enviar socorristas y permitir a médicos forenses y especialistas en odontología comenzar su trabajo de identificación de las víctimas.

El ministerio de Sanidad indicó que los 22 supervivientes hospitalizados en servicios para quemaduras graves permanecen en estado crítico.

En el momento de la erupción, el volcán despidió vapor recalentado, cenizas y rocas, que fueron proyectadas como balas de cañón a alta velocidad.

El ministro de la policía, Stuart Nash, declaró que las heridas que sufren los turistas y guías son tan graves que en algunos casos no se podía identificar a las víctimas.

“Hay un número de personas hospitalizadas que no pueden hablar, sufren de quemaduras importantes en la piel pero también en órganos internos”,
explicó el miércoles Nash en Radio New Zealand.

Identificación difícil

“Trabajamos en estrecha colaboración con algunos organismos para asegurarnos que sean bien identificados”, precisó.

En el momento de la súbita explosión en el volcán había en la isla 47 personas, la mayoría turistas de Australia, Estados Unidos, Reino Unido, China o Alemania, Malasia y Nueva Zelanda, además de sus guías.

Las autoridades australianas señalaron que 13 de sus ciudadanos recibían tratamiento médico y 11 estaban desaparecidos.

Dos británicos resultaron heridos y una agencia local de viajes afirmó que dos de sus guías permanecían desaparecidos.

Malasia confirmó el miércoles que un ciudadano malayo resultó gravemente herido, tras haber anunciado que otro figura entre las víctimas mortales.

El subcomisario interino de la policía neozelandesa, Bruce Bird, explicó que las nacionalidades e identidades de los muertos no serán reveladas hasta el final del proceso oficial de identificación, algo que “puede llevar un cierto tiempo”.

“Una locura”

Los sismólogos estimaron en 50% el riesgo de otra erupción en la isla, situada a 50 kilómetros de la costa, advirtió Stuart Nash. Además, el volcán sigue despidiendo gases tóxicos y la isla quedó cubierta de una espesa capa de cenizas acompañadas de ácido.

“Sería una locura para nosotros enviar hombres y mujeres a White Island”, explicó el ministro de la policía.

Las autoridades neozelandesas indicaron que los vuelos de reconocimiento efectuados poco después del regreso de los supervivientes a la costa permitieron constatar que no quedaban personas con vida en la isla.

White Island es el volcán con más actividad del archipiélago neozelandés, según la agencia gubernamental GeoNet.

Alrededor de 17.000 turistas lo visitan cada año. Ha registrado erupciones frecuentes en los últimos 50 años, la última, en 2016. Este año, se trasladó un contenedor de 2,4 toneladas hasta la isla, en avión, para que fuera usado como refugio en caso de erupción.