El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, prometió este martes que anexionará una parte estratégica de Cisjordania ocupada si logra la reelección el 17 de septiembre, una promesa destinada a los electores de derecha pero que podría destruir cualquier “posibilidad de paz” según los palestinos.

“Si recibo de ustedes, ciudadanos de Israel, un claro mandato (…) hoy [martes] declaro mi intención de aplicar, con un futuro gobierno, la soberanía de Israel sobre el valle del Jordán y la parte norte del mar Muerto”, declaró Netanyahu en rueda de prensa en Ramat Gan, cerca de Tel Aviv.

El valle del Jordán representa alrededor del 30 por ciento de Cisjordania, territorio palestino ocupado por Israel desde 1967. Netanyahu precisó querer anexar los asentamientos judíos, que representan alrededor del 90 por ciento del valle, pero “no aldeas o ciudades árabes como Jericó”.

“Este plan no afectará ni a un solo palestino”, dijo Netanyahu, y aseguró que quería aprovechar el plan de paz estadounidense para Oriente Medio para anexar otros asentamientos. Esta iniciativa será “una oportunidad histórica y única de aplicar nuestra soberanía sobre nuestras colonias en ‘Judea y Samaria’, y en otros lugares claves para nuestra seguridad, nuestro patrimonio y nuestro futuro”, agregó Netanyahu, frente a las banderas israelíes en Ramat Gan.

Apenas tres horas después del anuncio, Netanyahu tuvo que ser evacuado de un mitin en la ciudad de Ashdod, cuando sonaron las sirenas que advierten disparos de cohetes inminentes desde la Franja de Gaza. El ejército precisó que fueron interceptados dos cohetes disparados desde el enclave palestino. La promesa del primer ministro israelí, jefe del partido Likud (derecha), fue recibido como una nueva bofetada por los palestinos.

Jordania advirtió este martes que la promesa de Netanyahu “llevaría a toda a la región a la violencia”, según dijo el jefe de la diplomacia jordana, Ayman Safadi. Turquía por su parte habló de una promesa “racista”.

Desde la ONU, se advirtió que “cualquier decisión de Israel para imponer sus leyes (…) en Cisjordania ocupada carece de todo efecto legal” a nivel internacional, declaró su portavoz, Stéphane Dujarric. Y “sería devastadora para la potencial revitalización de las negociaciones, para la paz regional y para la esencia misma de la solución de los dos Estados”, añadió.

El anuncio de Netanyahu se produce a una semana de las elecciones legislativas israelíes, que se anuncian reñidas.

Arabia Saudita condenó el miércoles la controvertida promesa del primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, de anexar parte de Cisjordania caso resulte reelecto el 17 de septiembre, y consideró esa declaración una “escalada peligrosa”.

“El reino afirma que esta declaración es una escalada muy peligrosa contra los palestinos, y representa una flagrante violación de la carta de la ONU y los principios de la ley internacional”, apuntó la agencia oficial de prensa saudita. De acuerdo con la nota, el reino saudita “condena y rechaza categóricamente” la declaración del primer ministro israelí.

Al mismo tiempo, Arabia Saudita pidió una “reunión de emergencia” de los ministros de Relaciones Exteriores de los 57 países miembros de la Organización de la Cooperación Islámica (OCI), añadió la agencia de noticias SPA. “Si recibo de ustedes, ciudadanos de Israel, un claro mandato (…) hoy declaro mi intención de aplicar, con un futuro gobierno, la soberanía de Israel sobre el valle del Jordán y la parte norte del mar Muerto”, declaró Netanyahu en rueda de prensa en Ramat Gan, cerca de Tel Aviv.

Hanan Ashraui, alta dirigente palestina, advirtió que la promesa de Netanyahu no apenas “destruye la solución de los dos Estados, sino que destruye cualquier posibilidad de paz”. Por su parte, Jordania advirtió este martes que la promesa de Netanyahu “llevaría a toda a la región a la violencia”.