Al menos 40 responsables yihadistas murieron este sábado en el noroeste de Siria, anunció una oenegé, en un ataque con misiles reivindicado por las fuerzas estadounidenses.

El ataque, producido en un campamento de entrenamiento al norte de Idlib, tenía por objetivo a los líderes de la organización conocida como AQ-S (“Al Qaeda en Siria”), al cual culpó por “ataques que amenazan a ciudadanos estadounidenses, socios y civiles inocentes”, indicó el teniente coronel Earl Brown, portavoz del Comando Central estadounidense, en un comunicado.

Esta operación se producía el primer día de una tregua en los bombardeos del régimen sirio y su aliado ruso contra la región de Idlib, controlada por Hayat Tahrir al Sham (HTS), el grupo yihadista más poderoso presente en la región.

Los “disparos de misiles estaban dirigidos contra una reunión de los líderes de los grupos yihadistas Hurras al Din, Ansar al Tawhid y otros grupos extremistas aliados dentro de un campo de entrenamiento”, declaró a la agencia AFP Rami Abdel Rahman, director del Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH). Esos otros grupos están vinculados con la exfilial siria de Al Qaeda.

Se trata de uno de los balances más mortíferos entre los yihadistas en un solo ataque en Siria.

En 2014, los Estados Unidos crearon una coalición internacional para luchar contra el grupo yihadista Estado Islámico (EI) que fue vencido el pasado marzo en Siria con ayuda de las fuerzas kurdas. Aunque todavía quedan tropas estadounidenses en Siria, los bombardeos contra objetivos extremistas se habían reducido considerablemente desde 2017.

Tregua del régimen en Idlib

Los bombardeos aéreos y los combates terrestres habían cesado el sábado en esta provincia bajo control rebelde y yihadista, después de un alto el fuego anunciado por Rusia, aliado del presidente sirio Bashar al Asad, indicó el OSDH.

El viernes, el ejército ruso había declarado un alto el fuego unilateral del ejército sirio a partir de la madrugada del sábado para “estabilizar la situación” en la zona donde más de 950 civiles han perdido la vida desde abril, según el OSDH. Los bombardeos generaron además 400.000 desplazados, según datos de la ONU.

Se llegó a un acuerdo para “un alto el fuego unilateral de las fuerzas gubernamentales sirias a partir de las 06H00 del 31 de agosto”, anunció en un comunicado el Centro Ruso para la Reconciliación en Siria.

La agencia de prensa oficial Sana anunció el sábado, citando a una fuente militar, que Damasco aceptaba este acuerdo, aunque el ejército sirio matizó que se “reserva el derecho de reaccionar a las violaciones” de la tregua por parte de los yihadistas y los grupos rebeldes.

Amenazas turcas

Tras varios meses de intensos bombardeos de la aviación rusa y siria, las fuerzas de Bashar al Asad iniciaron el 8 de agosto una ofensiva terrestre en Idlib.

Esta semana, el ejército sirio conquistó nuevos territorios de esta región, tras haberse hecho con el control de la ciudad estratégica de Jan Sheijun, en el sur de Idlib.

País fronterizo con Siria, Turquía convino con Estados Unidos la creación de una zona tampón entre la frontera turca y las zonas del noreste de Siria controladas por fuerzas kurdas y calificadas de terroristas por Ankara. El sábado, el presidente turco Recep Tayyip Erdogan amenazó con lanzar una operación en la zona si las tropas turcas no conseguían el control de la “zona de seguridad” acordada con Washington.

Fuera de las zonas bajo control kurdo, el régimen controla ahora alrededor del 60% del país, aunque ha prometido recuperar el resto, incluido Idlib.

Desde en 2011, la guerra en Siria ha dejado más de 370.000 muertos y millones de desplazados.