Israel empezó a compartir la información de sus espías sobre el programa nuclear iraní, sin que esas revelaciones parece que vayan a cambiar la posición de las grandes potencias respecto al acuerdo histórico de 2015.

El lunes, a pocos días del 12 de mayo, día en que el presidente estadounidense debe anunciar una decisión sobre el programa nuclear iraní, el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu compareció en televisión para explicar las pruebas reunidas por sus espías que, según él, demuestran que Irán tiene un plan secreto para dotarse de un arma nuclear a pesar del pacto de 2015.

Tras la intervención, el presidente estadounidense Donald Trump, principal aliado de Israel, aseguró que las revelaciones de Netanyahu demuestran que “tenía razón al 100%” al criticar el acuerdo de 2015, que había prometido “romper”, y en el que Irán se comprometió a poner fin a su programa nuclear a cambio del fin de parte de las sanciones occidentales.

Trump dio un plazo hasta el 12 de mayo a los países europeos que firmaron el acuerdo para encontrar un nuevo texto que responda a las “terribles vacíos” del de 2015.

“El discurso del primer ministro israelí (…) muestra por qué necesitamos el acuerdo nuclear iraní. El acuerdo (…) no se basa en la confianza sino en la verificación” reaccionó el ministro de Exteriores británico, Boris Johnson.

París se expresó en parecidos términos.

Israel teme que si Irán logra tener armas nucleares ataque al país. La destrucción del Estado hebreo forma parte de la retórica del poder iraní.

El acuerdo de 2015, concluido entre Irán y las grandes potencias —los cinco países permanente del Consejo de Seguridad de la ONU (Estados Unidos, Rusia, China, Francia, Gran Bretaña) más Alemania— prevé el levantamiento progresivo y condicional de las sanciones internacionales a cambio de que Teherán renuncie a su programa nuclear.

El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) se encarga de la supervisión y este martes aseguró que desde 2009 no hay “ningún indicio creíble” de actividades en Irán para desarrollar armas nucleares.

Por su parte la alta representante para la Política Exterior de la Unión Europea, Federica Mogherini, dijo que los documentos que presentó el lunes Israel tienen que ser evaluados por el OIEA. “El señor Netanyahu no puso en duda el respeto” del acuerdo, aseguró. Por su parte Irán acusó de “mentiroso” al primer ministro israelí.

“Show” televisivo

El lunes, en su intervención televisiva, calificada del “show de su vida” por el periódico israelí Maariv, Netanyahu, presentó “pruebas concluyentes” recogidas por espías de Israel que demostrarían que Irán tiene un plan nuclear secreto.

Según Netanyahu, existen fotos, vídeos y documentos que explican que, a pesar de que lo niegue, el país desarrolló entre 1999 y 2003 un programa secreto llamado Amad para producir una bomba atómica.

Bajo presión internacional, Irán habría dejado de lado este programa pero, con una organización distinta, había continuado desde entonces desarrollando sus capacidades nucleares.

“Es un acuerdo terrible, que nunca debería haberse firmado”, dijo Netanyahu en referencia al acuerdo de 2015, y aseguró que espera que Trump, que amenaza con retirar a Estados Unidos, “tome la buena decisión”.

Israel está considerado como la primera potencia militar de Oriente Medio y la única que tiene armas nucleares.

Antes de presentarla en público, Netanyahu compartió la información sobre Irán con Estados Unidos y hará lo mismo con el OIEA. El lunes también se entrevistó con responsables de Francia, Rusia y Alemania, antes de hacerlo con los de Reino Unido y China.

El secretario de Estado norteamericano, Mike Pompeo, aseguró por su parte que los documentos era “auténticos”.

Sin embargo varias voces apuntan a que el proyecto Amad no es ninguna novedad. Según Mogherini, el acuerdo de 2015, que incluye obligaciones y mecanismos de verificación por parte del OIEA, se hizo “precisamente porque no había confianza entre las partes”.