Pese a la represión, los redactores de la revista estudiantil "DOXA” mantienen su línea crítica. Ya hay cuatro estudiantes condenados, pero los jóvenes periodistas ni se plantean la autocensura.

Nacido en 2017 como un periódico estudiantil en la Universidad Nacional de Investigación “Escuela Superior de Economía” de Rusia, DOXA creció hasta actualmente convertirse en una de las voces más críticas al Kremlin, tanto respecto de su política interna y la persecución de opositores como Alexéi Navalny, como en cuanto a la invasión contra Ucrania.

Según destaca la ONG Open Democracy, DOXA actualmente se perfila como “un líder como fuente de información y en comentarios sobre la guerra de Rusia contra Ucrania”.

Su prominencia se elevó de la mano con las adversidades que han enfrentado. Actualmente, cuatro de sus redactores expurgan una pena de 2 años de trabajo obligatorio social y los demás publican desde el exilio con una amplia red de fuentes dentro del país.

Radio Francia Internacional recuerda que la publicación alcanzó prominencia dos años después de su inauguración. En 2019, expresó su apoyo a los estudiantes que enfrentaban penas de cárcel por participar en convocatorias de la oposición.

Aquel año causaron preocupación entre las autoridades rusas al lanzar varios recursos contra la brutalidad policial, mediante una plataforma llamada “Aquí seguimos”. Tras ello, a finales de ese año, la universidad cortó su financiamiento acusando que la revista estaba dañando la reputación de la institución con su agenda política, según acusó el propio rector Yaroslav Kuzminov en una publicación de su perfil en Facebook.

El video de la discordia

Pero fue dos años después que la persecución se intensificó hasta el punto en que Roskomnadzor, el regulador ruso de las comunicaciones, les obligó a eliminar de Youtube un video sobre las protestas que se habían desatado en el país.

Específicamente, se les acusó de apoyar al líder opositor ahora preso, Alexéi Navalny, a través de un vídeo en el que criticaba las expulsiones de las universidades por la participación en actos de solidaridad con el político encarcelado.

La redacción de DOXA emitió un comunicado en el que afirmó que el vídeo en cuestión “no contenía ninguna incitación a acciones ilegales”.

“Decíamos que los jóvenes no deben tener miedo a expresar sus opiniones”, aseguran los redactores de la publicación, que recurrieron ante la Justicia la retirada del contenido de la red.

Posteriormente, las fuerzas de seguridad allanaron sus oficinas y los domicilios de cuatro redactores, así como las casas de algunos de sus familiares.

Los universitarios fueron acusados por las autoridades de “incitar o involucrar a menores en acciones ilegales” por un vídeo en el que afirmaban que la expulsión de la universidad por la participación en acciones de apoyo a Navalny, que cumple una condena de dos años y medio de prisión, no se corresponden con la ley.

A su vez, los jóvenes periodistas Armen Aramyan, Natalya Tyshkevich, Vladimir Metyolkin y Alla Gutnikova fueron condenados inicialmente a un arresto domiciliario con prohibición de comunicarse con nadie que no sean sus familiares directos y sus abogados, permitiéndoles sólo pasar dos horas al día fuera de casa.

Posteriormente, en abril de 2022 fueron condenados a dos años de trabajo social obligatorio, y prohibición de administrar sitios web durante tres años.

Persecución a la prensa en Rusia

En ese entonces, las resoluciones despertaron las alarmas de Amnistía Internacional, ONG que advirtió que “la intención de las autoridades rusas es transparente. Las investigaciones en torno a la corrupción no serán toleradas, movilizar a la juventud para activamente y pacíficamente participar en la sociedad será perseguido, y los periodistas y medios que reciban financiamiento internacional serán condenados al ostracismo y tachados como agentes extranjeros”.

La revista denunció que sus antiguos redactores “fueron condenados porque lucharon (y continúan luchando) contra la dictadura, la desigualdad, y ahora también contra la guerra”.

“DOXA continúa enfrentándose a la injusticia y a la violencia. Apoyen nuestra revista para que continuemos luchando”, añadió el medio en otro mensaje de Telegram.

De hecho, en 2022 publicaron una guía para que sus lectores puedan rebatir los argumentos a favor de la invasión contra Ucrania. Roskomnadzor volvió a la carga, exigiendo nuevamente que el contenido sea quitado de la Internet.